La segunda de las jornadas taurinas de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia dejó ayer un sabor más bien agridulce entre los muchos aficionados que se apostaron en el recinto la vila, pese a que también en Burriana se exhibían dos ejemplares.

Y es que los dos astados de la ganadería portuguesa de Joao Ramalho no dieron el juego que se esperaba. El primero de ellos, patrocinado por la asociación Un Bou+ respondió escasamente a las llamadas de los rodaors e, incluso, llegó a romperse una de las astas, lo que impidió embolarlo por la noche y tuvo que ser sustituido por un animal de corro.

El segundo morlaco de Ramalho lo aportó la Comissió de Penyes. El ejemplar tampoco cumplió con las expectativas y resultó un tanto manso. Puede que fuera mejor así, a juzgar por la «irresponsabilidad de algunos espectadores que saltaron a la arena para grabar o fotografiar las acciones de los rodaors con los toros.

Por lo que respecta a la jornada de hoy, el protagonismo lo toma la asociación Amics del Bou, quien patrocina un ejemplar del hierro de Trinidad, así como el ya tradicional encierro de bous embolats, que se lleva a cabo en cada festejo de septiembre y que recorrerá buena parte de la vila.