De entre las numerosas iniciativas que ha puesto en marcha la Unió de Comerç de Vila-real (Ucovi) en su lucha continua por salvar al sector del pequeño y mediano negocio destaca la creación de la tarjeta de fidelización. Una iniciativa que se activó a principios del 2018 y que, pese a que solo una quincena de establecimientos la utilizan de forma habitual, mueve un volumen de negocio de algo más de 400.000 euros anuales.

Una cifra que, de extrapolarse únicamente a los 130 socios de Ucovi, se multiplicaría por ocho, alcanzando los 3,5 millones de euros en compras efectuadas por los cientos de clientes, tanto de Vila-real como aquellos que llegan a la ciudad desde otros municipios.

Estos datos los dio ayer la secretaria de Ucovi, Tere Esteve, en el marco de la comparecencia, junto al concejal de Economía, Xus Madrigal, y del presidente de los comerciantes, Paco Arrufat, para anunciar la campaña para que se cree un día mundial del pequeño negocio. Las cifras corresponden a lo facturado por esta quincena de negocios que usan de forma habitual la tarjeta de fidelización en el 2018. Una iniciativa que también se tradujo en ese período en 24.500 euros de devolución a los clientes. La compra media se quedó en los 50 euros.

Por lo que respecta a lo que llevamos del 2019, Esteve explicó que estos mismos establecimientos han facturado 370.000 euros, a falta de contabilizar la campaña de Navidad, con 20.318 euros de devolución a los clientes por sus compras y unas ventas medias por persona que se han reducido a los 40 euros.

«Desde que está en marcha la tarjeta, hace casi dos años, se han contabilizado 18.900 compras por un importe próximo a los 900.000 euros», añadió.