Los gerentes de los locales de ocio de la calle Pare Molina, sobre los que un grupo de vecinos de este vial ha presentado una querella por un supuesto delito medioambiental --también acusa al alcalde, José Benlloch, y a la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, por presunta prevaricación administrativa--, han salido al paso de las acusaciones que les formulan en la denuncia y aseguran que trabajan «de forma totalmente legal».

«Ni montamos barras en la calle ni servimos bebidas a menores, como dice el escrito». Y añaden: «En todo este asunto estamos viendo algunas cosas muy raras». Aunque aseguran que están «tranquilos, haciendo las cosas bien, y hay que destacar que la reclamación está repleta de calumnias e injurias», subrayan.

Con todo, confían en que este tema se cierre pronto y anuncian una posible demanda por daños y perjuicios, una vez finalice el proceso judicial. «Esto nos está acarreando mucha ansiedad y daños personales», explican.

Y hacen hincapié en que hace unos meses, el Ayuntamiento creó una especie de equipo de investigación que ha llevado a que recibieran la visita de la Policía Local e, incluso de la Autonómica, «que nunca han impuesto denuncia alguna, y eso está todo en cantidad de informes», detallan.

Por su parte, el abogado de la parte querellante, Santiago Albiol, reiteró en unas declaraciones a Ràdio Vila-real que en esta calle se hacen «botellones patrocinados por el consistorio».