Los locales de restauración ubicados en la calle Pare Molina de Vila-real --cuyos propietarios deberán declarar ante el juez, como hizo el alcalde este jueves, por la querella presentada por una comunidad de vecinos que vive en ese vial-- acumulan ya 3.850 apoyos en poco más de tres semanas. A principios de mes, las tascas iniciaron una recogida de firmas para llevar al pleno una propuesta que inste a regular esa zona de ocio.

Para conseguir ese propósito, la ley les obliga a reunir 5.058 rúbricas, una cifra que equivale al 10% de la población de la ciudad. Los promotores se habían marcado un plazo de ocho meses como tope, pero ante la gran acogida que está teniendo la iniciativa, confían en aglutinar esa cantidad en Navidad. «No nos esperábamos para nada tener tantas a estas alturas. Ahora esperamos que entre las cenas de empresa y las vacaciones podamos tener esa cifra en el periodo navideño, aunque queremos sobrepasarla incluso», comenta Pascual Bonache, dueño de dos de las tascas de ese vial.

El empresario explica que lo que el colectivo pide, en concreto, es que los clientes puedan tomar una bebida alcohólica de menos de 20 grados fuera de las terrazas, como puede ser una cerveza o una copa de vino, durante cuatro horas a la semana, los viernes y sábados de 20.00 a 22.00 horas, que son los tramos en los que más personas se concentran en estos establecimientos.