En su mayoría son jóvenes estudiantes que cara al verano quieren dedicarse a una actividad que precisa una preparación exhaustiva y, de paso, ganarse un dinero. Con todo, los requisitos físicos y mentales que se requieren no permiten a todos poder aspirar a formarse con las máximas garantías. La piscina del centro de tecnificación deportiva es el escenario en el que hasta ayer se realizaron las pruebas físicas y psicotécnicas a los candidatos a realizar el curso de socorrista acuático que, como ya ocurrió en otras dos ediciones, se organiza desde la Concejalía de Juventud. «Es un orgullo contribuir a mejorar la formación de nuestros jóvenes, a la vez que generamos oportunidades y se mejora la empleabilidad», afirma la edila Gemma Gil.

El nivel de exigencia de las pruebas es tal que de los 35 aspirantes que finalmente se presentaron --otras siete personas inscritas optaron por no someterse al examen--, solo 22 superaron los requerimientos exigidos en el apartado físico, de manera que todavía faltan tres para completar el cupo de 25 fijado para el curso. De ahí que estudian repescar, de alguna manera, a aspirantes o ampliar la convocatoria para arrancar la formación con el máximo posible de alumnos en la iniciativa.

Certificados

Carmen Vives, responsable de la empresa Riscat Consultors, que impartirá el cursillo, explica que al finalizar el mismo, quienes lo completen satisfactoriamente «obtendrán la titulación, por parte de la Asociación de Técnicos de Emergencias Acuáticas, de primeros auxilios, uso de desfibriladores y salvación y socorrismo», aunque también trabajan para que pueda certificarse en esta iniciativa «el de salvamento en tabla de surf», según puntualizó Vives.