La Congregación de Hijas de María Inmaculada arrancó ayer, con la tradicional Velaeta, sus fiestas anuales. Cerca de un centenar de niños y jóvenes de la entidad participaron en la cita que abarrotó el Auditori Municipal.

En el evento, presentado por Laura Mompó y Susana Romero, no faltaron las actuaciones del grupo de danzas de la entidad, la vocalía de Menores y la Tuna Blava. También intervino la secretaria de la organización, Mónica Benavent, que hizo balance de las actividades del año. Poco después el director de la congregación, el reverendo Javier Aparici Renau, dedicó unas palabras.

La velada se cerró, tras un susto planificado por parte de Valentín Nostrort, con una de sus obras de teatro, en clave de humor, representada por la junta directiva. Una rifa y la venta de postales, ambas con carácter solidario, fueron las novedades de la cita.