Hasta cuatro de los toros que por la mañana ofrecieron un gran espectáculo en el encierro fueron exhibidos por la tarde en una vila repleta de aficionados ilusionados ante el inicio de las fiestas.

El recinto de cadafals disfrutó y comentó la buena presencia de los ejemplares de Torrehandilla y Torreherberos, llegados a Vila-real desde Jaén. Al inicio de la tarde, cuando más amenazaba el tiempo con un chaparrón primaveral, llegó la que fue la mejor noticia del momento. El primer astado no solo ofreció una presentación impecable, sino que también dio juego en la arena. Un joven al capote encandiló al público, que respondió con gritos y aplausos de aprobación.

El segundo toro fue radicalmente distinto. Nervioso y ágil, dejó pronto la zona del corro y recorrió las calles del recinto vila-realense, para deleite de muchos vecinos que tienen sus peñas o domicilios en viales secundarios, donde es caro ver a los animales. Y su goce fue la desesperación del público situado en los cadafals, que estuvo mucho rato sin ver a un astado que exigió buenas dosis de fondo a los rodaors.

El tercero y el cuarto se parecieron más al segundo que al primero, a lo que se sumó que fueron los dos más flojos de la tarde. Callejearon y exhibieron su buena apariencia, pero les faltó empuje para facilitar la tarea a los aficionados, que no se cansaron de intentar sacar lo mejor de ellos. La exhibición, que se alargó más de dos horas y media, acabó sin incidentes ni cogidas.

DOS EMBOLADOS // Ya por la noche, fueron embolados otros dos cerriles, el segundo de la tarde y uno que ya había sido rodado por la mañana, dejando un muy buen sabor de boca. El primer día de actos taurinos finalizó tras una programación maratoniana. Es por ello que la jornada dominical servirá para reponer fuerzas antes de que los actos taurinos vuelvan mañana con una exhibición de vacas.

ONCE TOROS // Durante toda la semana, en Vila-real se exhibirán un total de once toros de ganaderías como Manuel Ángel Millares o Manuel Caro Andrade.