Un grupo de estudiantes del grado de Arquitectura Técnica de la Universitat Jaume I (UJI) ha tenido la ocasión de contemplar in situ las entrañas más íntimas del Gran Casino de Vila-real, aprovechando que recientemente arrancaron las obras de rehabilitación de este histórico inmueble, protegido por el propio Ayuntamiento y que ya es plenamente de propiedad municipal, después de completarse el pago de dos millones de euros --en cuatro anualidades-- a sus anteriores propietarios.

Una veintena de universitarios, acompañados por sus profesores, observaron los trabajos que acomete en la actualidad la empresa adjudicataria de la restauración, Arimca, y que destapan los espacios más escondidos de este edificio en el que se invierten ahora 490.000 euros.

El concejal de Economía, Xus Madrigal, fue el encargado de explicar los pormenores de una intervención que, además, se acompaña de otra paralela que se efectúa en el anexo Teatre Tagoba y que supone un desembolso de 911.000 euros. En este caso, la firma encargada de la rehabilitación es Cydemir-Patrimonio Inteligente. El objetivo fundamental de esta última actuación es recuperar el aspecto original de este salón de actos de principios del siglo XX, garantizando las medidas de seguridad que, en la actualidad, establece la legislación.

Por el momento, los operarios de ambas mercantiles, ayudados por alguna maquinaria, acometen el desescombrado y la retirada de elementos en mal estado o impropios del inmueble.

Financiación europea

Como en el inicio de las obras de restauración recalcó el concejal de Territorio, Emilio Obiol, la ejecución de ambos proyectos es posible «gracias a que en el 2015, desde el equipo de gobierno, iniciamos las negociaciones con la familia Font de Mora y cerramos la adquisición del inmueble, a pagar en cinco plazos, sin intereses y sin tener que recurrir a ningún préstamo o hipoteca, aprovechando una oportunidad histórica para conseguir sumar patrimonio municipal».

Y es que Obiol hizo hincapié en que el consistorio pudo optar a las ayudas europeas que permiten cubrir la mitad del coste de las intervenciones que se acometen en estos momentos en el Gran Casino y el Teatre Tagoba, «porque se trata de inmuebles que son 100% municipales, ya que este era uno de los requisitos para concurrir a las subvenciones, que solo incluían obras de conservación de inmuebles históricos de carácter público».