Reducir en un 10% el endeudamiento del Ayuntamiento de Vila-real, de manera de que no llegue al 60%. Este es el principal objetivo que contempla el presupuesto municipal que, previsiblemente, se aprobará hoy en el transcurso del pleno extraordinario convocado a tal fin.

Así lo indicó el alcalde, José Benlloch, quien indicó que la deuda actual ronda el 70%. Un porcentaje que, en su opinión, es necesario reducir para alejar una posible intervención de las cuentas municipales por parte del Gobierno. Y es que el riesgo existente de lo que Benlloch califica de «empastres urbanísticos del PP» continúa estando vigente, de manera que el consistorio se mantiene en alerta ante el goteo de sentencias que obligarían al equipo de gobierno a buscar recursos para pagar a los dueños a los que se les ocuparon parcelas, fundamentalmente, en el último período del ejecutivo popular liderado por el exalcalde Juan José Rubert.

Un riesgo urbanístico que podría elevar más allá del 75% la deuda local, lo que obligaría al Ayuntamiento a tomar medidas para reducir más aún el gasto e, incluso, a aumentar impuestos y tasas para recaudar más dinero. Y en el caso de llegar al 110%, el Estado tendría la potestad de intervenir directamente las cuentas municipales. Unos extremos a los que el munícipe no quiere llegar en ninguno de los casos.

De hecho, Benlloch informó ayer de la respuesta que el consistorio enviará al Ministerio de Hacienda, un documento en el que se da cuenta de las medidas a tomar en el 2020 para equilibrar las cuentas, después del requerimiento del Gobierno central, atendiendo al desajuste presupuestario acaecido en el 2018.

INCERTIDUMBRE // «En ese año tuvimos que pagar casi nueve millones de euros de la herencia urbanística del PP --que obligaron a suscribir dos préstamos para saldar el convenio por el jardín de las dominicas y varios fallos judiciales-- , que llevaron al incumplimiento del plan económico-financiero», explicó el primer edil, quien añadió que el propio departamento de Intervención insiste en la «elevada incertidumbre» existente todavía a día de hoy por los posibles pagos de resoluciones urbanísticas.

Es por ello que Benlloch incidió en que las cuentas para el 2020 adoptan dos medidas básicas para reequilibrar las mismas, «como pide el Ministerio de Hacienda, y que son la no inclusión de préstamos, lo que permitirá reducir el endeudamiento un 10%; y el incremento del IBI, a pesar de lo que el presupuesto es 800.000 euros inferior al del 2019».

Y atendiendo a las críticas de la oposición por esa subida, afirmó que «de no hacerlo nos hubieran intervenido, con todo lo que comporta de recortar en servicios y subir tasas e impuestos».