Vila-real cerró el pasado domingo unos festejos de Sant Pasqual con una participación vecinal masiva en la que destacaron los multitudinarios actos taurinos y musicales. Tanto el concejal de Fiestas, Javier Serralvo, como la Policía Local, destacaron la “normalidad” y la ausencia de incidentes destacados, aunque, por primera vez, los agentes multaron a un hombre por negarse a abandonar el recinto de la vila pese a su estado de embriaguez.

La denuncia se produjo el primer sábado, cuando un individuo se negó en reiteradas ocasiones a atender los requerimientos de los miembros de la Comissió del Bou, que advirtieron DE que se encontraba bajo los efectos del alcohol. En última instancia, estos llamaron a la Policía Local, que tramitó la sanción por alteración del festejo, aunque ahora será la Conselleria la que valorará la cantidad que debe pagar el individuo. Este hecho está tipificado como falta grave en la última revisión de la ley autonómica de espectáculos.

Más allá de este episodio puntual, durante la semana se produjeron seis heridos leves en los festejos taurinos. Serralvo apuntó que este buen balance “tiene un componente de suerte, pero también han ayudado los cambios introducidos, como las formaciones de los voluntarios o el cambio de ubicación del corro del encierro de cerriles”, que este año estuvo en el Raval del Carme. Su ampliación evitó que hubiera percances como el del año pasado, cuando uno de los animales murió tras una pelea con otro ejemplar de la manada.

CONCIERTOS MASIVOS // También los eventos musicales tuvieron buena aceptación, con mención especial para la actuación de Antonio Orozco, que reunió a unas 10.000 personas en la plaza del Llaurador. Asimismo, también se hace buen balance del musical Canta Juegos, que “con un precio asequible logró reunir a 3.000 personas”. Tanto es así que el ente festivo valora dar continuidad a este modelo y programar un gran acto para público infantil con caras mediáticas, siempre que el presupuesto lo permita. H