El espacio del coro de la capilla del Cristo del Hospital de Vila-real ya cuenta con un acceso directo desde la entrada al pequeño templo, después de que el Ayuntamiento, a través de un convenio con el Obispado de Segorbe-Castellón, haya concluido los trabajos para hacer realidad esta entrada que, como apuntó el concejal de Territorio, Emilio Obiol, «permite a los cantantes y los músicos llegar al coro sin tener que atravesar buena parte del antiguo edificio del convento que, en la actualidad, es un recinto museístico municipal».

Como consecuencia de la operación acordada con las monjas dominicas en el 2010, después de su marcha a causa de la falta de vocaciones, estas cedieron la práctica totalidad del espacio conventual a la ciudad, a excepción de una pequeña parte que quedó en manos del Obispado y que, en la actualidad, ocupan un grupo de religiosas carmelitas descalzas. La capilla del Cristo del Hospital también se donó a la diócesis de Segorbe-Castellón.

Pese a ello, el consistorio decidió asumir los 16.000 euros de la inversión para habilitar una escalera propia que, de esta forma, evitará que se tenga que abrir y cerrar a propósito la zona museística, que es de propiedad municipal. Además, con ese importe también se aprovechó para arreglar en parte el tejado y, de esta forma, evitar filtraciones al interior de la capilla del copatrón de la ciudad, junto a Sant Pasqual y la Mare de Déu de Gràcia.

Asimismo, el concejal Obiol destacó que esta era «una intervención necesaria, porque el hecho de que no hubiera un acceso directo al coro desde la capilla era un auténtico sinsentido, de forma que se ha dado forma a una escalera que cumple la normativa en materia de seguridad para las personas que van a hacer uso de la misma».

Po su parte, el alcalde, José Benlloch, explicó que el arreglo de las goteras lo ha asumido el Obispado. «Era un problema que, incluso, hubiera podido generar daños a la imagen del Cristo».

El munícipe aseguró que el convenio que en su día suscribió el Ayuntamiento gobernado por el PP era «un auténtico empastre, no solo en lo económico sino también en lo relativo al uso del espacio». De ahí que tuviera que acordarse un convenio con la diócesis para poder acometer las actuaciones ahora finalizadas.