Sois tres ejemplos, tres referentes, de la construcción social del Vila-real de hoy. Por eso, desde ya, entráis en la historia vida de la ciudad». Con estas palabras se refirió el alcalde, José Benlloch, a la Cofradía de la Purísima Sangre, a la Universitat Jaume I y a Sebastián Mora, durante el acto en el que se les entregó la medalla de oro --a la primera-- y la de plata a la UJI y el deportista local.

El presidente de la cofradía más antigua de Vila-real --sus orígenes se remontan a mediados del siglo XVI--, Felipe Monfort; y el secretario de la universidad castellonense, José Luis Blasco; y el propio Mora recibieron de manos de Benlloch la máxima distinción del Ayuntamiento.

A modo de sesión plenaria, el concejal de Cultura, Eduardo Pérez, leyó cada uno de los tres expedientes que justifican el reconocimiento público de la ciudad para, inmediatamente después, hacerles entrega de la medalla.

En su discurso, Benlloch destacó a la Cofradía de la Purísima Sangre como germen de la Semana Santa vila-realense, «una de las más antiguas de la provincia. Y a ella le debemos también una de las imágenes más veneradas por todos, el paso de la Sangre, con más de 170 años de historia».

UN CUARTO DE SIGLO // El consistorio vila-realense también dio su medalla de plata a la UJI, con motivo de los 25 años de esta institución. «Esta universidad, pese a nacer en la capital de la Plana, forma parte de nuestra ciudad, y por eso estamos aquí, para darle un lugar en la crónica más reciente del municipio», dijo el Benlloch, quien recordó la sede de la Plana o las cátedras de Innovación Cerámica y de Mediación Policial.

Por último, el munícipe se refirió al ciclista Sebastián Mora. «Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Sebastián ha sabido trabajar muy duro, en silencio y con una discreción que sorprende, para conseguirlo», dijo del olímpico y cameón del mundo.