El concejal de Territorio en el Ayuntamiento de Vila-real, Emilio Obiol, exigió ayer al Ministerio de Fomento que «según se establece en su plan de acción contra el ruido en carreteras del Estado, cumpla con su obligación y ejecute una barrera acústica de 250 metros de longitud y una altura de tres metros en la N-340, a la altura del Hospital de la Plana. Este es un deber del Gobierno central con Vila-real que debe gestionar para solventarlo», indicó.

Y es que, como explicó el edil vila-realense, este es uno de los puntos calientes que se marcan en el nuevo plan acústico municipal (PAM), presentado ayer, como generadores de más molestias a consecuencia de superar el límite de decibelios que marca la legislación en entornos «sensibles» --45 db durante el día y 35 por la noche en áreas sanitarias y docentes--, en este caso por el intenso tráfico, básicamente de vehículos pesados, en esta vía estatal.

Es por ello que desde el consistorio exigen a Fomento que «cumplan con sus propias propuestas, ya que esta se recoge, al menos desde julio del pasado año, con el objetivo de construir una pantalla similar a la existente en la nacional 340 a su paso por el Hospital de la Magdalena», concretó.

CONCLUSIONES // Además de la carretera nacional, el resto de principales infraestructuras viarias encabezan el ránking de contaminación acústica. Es el caso de la AP-7 --la más ruidosa, según el último estudio--, la CV-10 (autovía de la Plana), la carretera de Onda (CV-20), la de Burriana (CV-185) y la CV-222 (carretera de les Alqueries a Betxí), a su paso por el termino municipal de Vila-real.

En cuanto al casco urbano, entre los puntos más ruidosos se hallan las calles Ermita, Joan Baptista Llorens, Vicent Sanchiz, Cordó, Calvari, Comte de Ribagorça, Sant Joaquim y Michalovce; así como las avenidas Alemanya, França, Itàlia, Portugal, Europa, Pius XII, La Murà o Francesc Tàrrega. «Hablamos de las principales arterias dentro y fuera de la ciudad, con una importante circulación de vehículos», señaló.

Precisamente, el tráfico rodado es, según explicaron ayer los técnicos de la empresa que ha elaborado el PAM --Elena Pascual y Gerardo Fernández-- el principal generador de contaminación acústica, muy por encima de la producción industrial. «Los polígonos empresariales pasan casi desapercibidos en las mediciones realizadas», afirmaron.

MEDIDAS CORRECTORAS // De ahí que en el mismo plan acústico se establezcan una serie de medidas correctoras encaminadas a lograr «una movilidad más sostenible, minimizando el tránsito». De esta forma, para los próximos cinco años proponen elaborar una ordenanza municipal de protección contra la contaminación acústica, crear un plan de movilidad urbana sostenible, realizar campañas de control de emisiones sonoras en vehículos, minimizar el ruido de las tareas de limpieza viaria, recogida de residuos y obras, así como aumentar la protección acústica de áreas «sensibles» --colegios y centros sanitarios y culturales-- e incrementar la utilización de pavimentos fonoabsorbentes, como el usado ya en la avenida Alemanya.