El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) ha fallado a favor del Ayuntamiento de Vila-real en el litigio que planteó para que la Generalitat abonara al municipio casi 1,9 millones de euros que todavía le adeuda por la nueva biblioteca de Pius XII, en la actualidad reconvertida en la Biblioteca Universitària del Coneixement (BUC), y que debería haber abonado antes de finalizar el ejercicio 2012.

Así lo anunció ayer el alcalde, José Benlloch, quien informó de la sentencia emitida por el Alto Tribunal valenciano, en la que se invalidan las dos modificaciones unilaterales de la Administración autonómica respecto al plazo de pago por anualidades de los 2,4 millones que debía aportar la Generalitat, para lo que, en principio, se establecía como fecha tope el 2012, aunque con posterioridad se pospuso --aunque sin acordarlo con el Ayuntamiento-- hasta el 2017 y el 2021. El primer edil aseguró que reclamará “de inmediato” el abono de la cantidad adeudada, que por ley tendrá que incorporarse como remanentes al presupuesto del 2017.

LOS JUECES // Para los cuatro magistrados que han validado por unanimidad el fallo judicial, la decisión tomada por el Consell --entonces gobernado por el PP-- no se trataba de un reajuste “sino que es un incumplimiento manifiesto” del convenio inicial por parte de la Generalitat.

“Los jueces vienen a decir, en resumen, que el PP hizo lo que le dio la gana, con ilegalidades a capazos, que actuó con irresponsabilidad y sin diálogo, y sin importarle lo más mínimo el daño económico que se le hacía a la ciudad, especialmente en un momento de especiales dificultades para las arcas municipales”. Unas ilegalidades que, según el munícipe, “cometió el Gobierno autonómico en el que estaban Alberto Fabra e Isabel Bonig, que maltrataron a Vila-real y sus ciudadanos durante cuatro años, con el aval del PP de Vila-real, con Héctor Folgado al frente, que tampoco dijo nada cuando, de forma unilateral, el Consell quiso retrasar el pago de su deuda hasta el 2021”.

CRÍTICAS // Benlloch también se refirió al papel desarrollado en este proceso por el diputado autonómico popular Alejandro Font de Mora, que en el 2007 --cuando firmó el convenio para cofinanciar la biblioteca con el exalcalde Juan José Rubert-- ocupaba el cargo de conseller de Cultura y Educación. “Esta fue --la nueva biblioteca-- una de las perlas que nos dejó Font de Mora, quien tampoco abrió la boca por los impagos de la Generalitat”, aseveró.

“Desgraciadamente, va a ser el nuevo Consell autonómico el que se haga cargo, una vez más, de los empastres de sus antecesores del PP”, afirmó Benlloch, quien hizo hincapié en que la construcción del edificio bibliotecario de Pius XII “fue un símbolo más del despilfarro del PP en esta Comunitat y en esta ciudad; y nos colocó, incluso, en un ridículo nacional cuando se inauguró en el 2011, de prisa y corriendo, absolutamente vacía de contenido, hasta el punto en que llegó a conocerse como la biblioteca sin libros”. H