Vila-real ha generado algo más de 1.000 toneladas más de basuras que en el 2013, lo que representa un crecimiento anual de unos 300.000 kilos. Así lo confirman los datos facilitados por el Ayuntamiento, en los que se señala que el municipio derivó el pasado año 18.985.200 kilos de residuos para su tratamiento y eliminación en la planta de la empresa Reciplasa, de cuyo consejo de administración forma parte la ciudad.

Los desperdicios derivados a la estación ubicada en Onda proceden tanto de la recogida domiciliaria como de mercados, limpieza viaria, residuos clínicos, voluminosos o del ecoparque. El principal volumen de basuras procede de las que se generan en las viviendas, con casi 103.000 de las 111.000 toneladas gestionadas desde el 2011. En el primer trimestre del presente ejercicio del 2017, se han enviado a la planta de Reciplasa 4,5 millones de kilos de residuos, de los que el 95% proceden de las casas.

«El tratamiento de residuos es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos los municipios y así lo avala también el balance de los últimos años, con un incremento significativo de las basuras que llevamos a Reciplasa para su correcta eliminación», señala el alcalde, José Benlloch.

«Este crecimiento, en torno a 300.000 kilos al año, junto a las mayores exigencias legales y a las dificultades surgidas en la planta, han supuesto en los últimos años un gran encarecimiento del coste de la gestión», afirma.

En concreto, el importe destinado a este concepto ha crecido en 630.745 euros, «pasando de poco más de un millón de euros en el 2012 a los 1,6 del 2016 o los casi 1,7 previstos para el 2017». Y añade: «A diferencia de otros municipios, en Vila-real no disponemos de una tasa específica de basuras, por los que este encarecimiento no repercute directamente en los vecinos».

IMPACTO

«El ritmo de vida, los hábitos de consumo, el incremento de la población o la actividad económica tienen un gran impacto en la generación de deshechos. Desde las instituciones, debemos dar respuesta y garantizar el correcto tratamiento y eliminación de los mismos, porque de ello depende también la sostenibilidad de nuestro desarrollo y las generaciones futuras. Y, evidentemente, eso cuesta dinero», señala el alcalde Benlloch.

Vila-real forma parte de Reciplasa desde 1994, junto con los municipios de Almassora, Benicàssim, Betxí, Burriana, Castellón, l’Alcora y Onda, donde se ubican las principales plantas.