Las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia llegan a su fin y, como broche final a estas celebraciones, centenares de vecinos de Vila-real devolvieron la imagen de la patrona hasta la ermita en una comitiva para despedir los 10 días de festejos. El tiempo acompañó y permitió llevar a cabo la jornada sin ningún incidente. Como previa a la procesión, la reina de las fiestas, Carmen Rubert, y su corte de damas de honor, hicieron la tradicional ofrenda de flores a la virgen en la iglesia Arciprestal, a las 16.45 horas. Acto seguido, dio inicio la procesión hasta la ermita de la Mare de Déu de Gràcia.

Un trayecto de poco más de dos kilómetros que peregrinaron conjuntamente las representantes festivas, autoridades municipales y vecinos que, a pesar del cansancio propio acusado estos días, no quisieron perderse la destacada y solemne cita.

Por la noche, la traca final de fiestas recorrió el tramo comprendido entre la basílica de Sant Pasqual y el Ayuntamiento. El correfoc hizo las delicias de los vecinos de este municipio, a cargo de Animarts y amenizado por la charanga Reality Show, para guiarlos hasta el parque de la Alaplana, donde pudieron disfrutar del castillo de fuegos artificiales, disparado por la Pirotecnia Martí.

BALANCE // El concejal de Fiestas, Diego Vila, valoró ayer las celebraciones y destacó que «han transcurrido sin incidentes graves ni ningún susto». Además, agradeció a los vecinos que hayan llenado las calles durante estos días. «Los actos de la comisión han sido un éxito y han reunido más gente que en Sant Pasqual», aseguró el edil. Por ello, Vila-real despide los festejos con un buen sabor de boca hasta mayo.