El Ayuntamiento de Vila-real limita este año la poda de árboles a las grandes vías urbanas de la ciudad, como consecuencia de los retrasos producidos durante la licitación del plan de actuación, de manera que acaba de adjudicarse a la Cooperativa Católico Agraria, después de descartarse la mercantil que realizó la propuesta más ventajosa, al considerarse como baja temeraria.

La citada restricción viene determinada por la imposibilidad de intervenir ya en algunas especies vegetales que, en estos momentos y con la cercanía de la primavera y el aumento de las temperaturas, retoman su proceso de crecimiento tras el habitual letargo de los meses de invierno.

Como ayer confirmó a Mediterráneo el concejal de Servicios Públicos, Francisco Valverde, los operarios de la empresa adjudicataria iniciarán de manera inmediata el corte de ramas de árboles ubicados en los viales más importantes del municipio --como son las avenidas Europa y França, así como las de Francesc Tàrrega y La Murà--, mientras que, en otros casos, especialmente en la vegetación de parques y jardines, se aplazará la intervención hasta el próximo invierno. «Hay ejemplares que pueden estar perfectamente sin recortarse un par de años y esta situación a la que hacemos frente también nos servirá para experimentar y plantearnos que en algunas zonas verdes con una masa vegetal importante la poda no se realice cada anualidad sino que sea bienal», señaló Valverde, quien explicó que esta medida podría aplicarse a algunos espacios arbóreos públicos.

CONTRATACIÓN

De esta manera, y tras descartarse las explicaciones de la mercantil con mayor puntuación sobre su baja económica temeraria, la Cooperativa Católico Agraria ha sido la adjudicataria del contrato, que supondrá un coste para el Ayuntamiento vila-realense de 139.997 euros. Un acuerdo que contempla recortar del ramaje en un total de 67 espacios y vías urbanas. El objetivo ahora es centrarse en aquellas zonas en la que pueda acometerse todavía la intervención, mientras que en las que ya haya pasado el periodo para hacerlo se esperará a la llegada del invierno.

Por su parte, la concejala popular Marisa Mezquita denunció ayer el «perjuicio» que se deriva de esta situación. «Podar en primavera, que es la época en la que los árboles están en pleno crecimiento es negativo para la naturaleza y demuestra que es un nuevo desastre de Benlloch».