El de ayer fue un nuevo logro de la Fundación manantial. Y es que un millar de personas participaron en la octava edición de la Marxa Solidària per la Salut Mental, que organiza la Fundación Manantial, con el objetivo, no solo de recaudar dinero para financiar su actividad, sino también de dar visibilidad a la enfermedad mental y reclamar la apuesta de la sociedad en su conjunto para dotar de más recursos que favorezcan para favorecer la inclusión de los afectados.

Fue una marcha que, como apuntaron desde la entidad organizadora, tuvo lugar con la mirada puesta en las obras que en la actualidad se acometen para la construcción de un Centro de Rehabilitación e Inserción Social (CRIS) en el solar cedido por el Ayuntamiento, en la esquina de la calle Cardenal Tarancón con la avenida Europa --junto al centro de día para enfermos de alzhéimer--, y que marchan a un buen ritmo que hace suponer que se cumplirán los plazos previstos, que permitirán abrir este espacio en enero del próximo año.

El CRIS ofrecerá 70 plazas para usuarios derivados desde la Dirección Territorial de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas; y atenderá en horario de 9.00 a 18.00 horas, con un modelo de gestión comunitario basado en la estabilidad del personal y de los dispositivos. Contará con una plantilla de nueve profesionales del ámbito social y con programas de atención tanto individualizada como grupal, orientados a la recuperación y la inclusión de los usuarios en la comunidad.

El centro se sumará a los recursos que Manantial ya gestiona en Vila-real, como son la residencia comunitaria Santa Ana de la Fundació Caixa Rural Vila-real; y una vivienda tutelada que, tras varios trámites burocráticos que han retrasado su puesta en marcha, será realidad en el mes de octubre.

JORNADA REIVINDICATIVA // La multitudinaria marcha celebrada ayer, partió hacia el paraje del Termet a las 10.00 horas. Una vez en la plazoleta de la ermita de la Mare de Déu de Gràcia se repartió el almuerzo y zumo de naranja y, quienes quisieron, disfrutaron de una masterclass de zumba. Además, se sortearon más de 30 regalos donados por comercios locales y entidades como el Villarreal CF. Incluso hubo un grabado de Ripollés que aportó una familia.

Y no faltó la lectura del manifiesto, en el que se recordó la labor que inició un grupo de «personas valientes», que «no imaginaban en aquel momento lo conseguido en tan poco tiempo».