El Ayuntamiento de Vila-real cambia de criterio y reabrirá al tráfico el tramo de la avenida de la Murà, entre la avenida Cedre y la calle Ramón y Cajal, al menos entre semana. El alcalde de la ciudad, José Benlloch, dio este lunes la orden para iniciar el expediente que permitirá el paso de vehículos de lunes a viernes. Con todo, la intención del equipo de gobierno es poder cortarla durante fines se semana o en momentos puntuales para favorecer actividades culturales, deportivas o de dinamización económica por lo que se prohibirá el estacionamiento y solo se podrá realizar carga y descarga, para facilitar el cierre si es necesario.

El consistorio da marcha atrás a una decisión, la de una restricción más duradera para encaminarse a una semipeatonalización futura, ratificada hace pocas semanas por Benlloch, quien indicó que se han dado una serie de condicionantes que han alterado este planteamiento que había generado cierto malestar entre algunos vecinos que no dudaron en compartir en las redes sociales su descontento. «La voluntad es recuperar el mercado ambulante de los miércoles y sábados en el centro cuanto antes. Hemos estudiado la posibilidad de hacerlo aprovechando, entre otros espacios, la plaza Major, Bayarri y este tramo peatonalizado de la Murà», dijo el munícipe, para añadir que «la normativa respecto a los mercados ambulantes al aire libre continúa obligando a controlar aforos y por ello, hoy por hoy, es imposible devolver mercados al centro».

Además, pese a que la adjudicación se produjo a finales del año pasado, estaba previsto iniciar esta semana las obras de reparación del firme en la calle Ramón y Cajal, vial que da acceso al aparcamiento subterráneo próximo al ayuntamiento, «por lo que pensamos que mantener cortada la Murà nos podía facilitar estos trabajos, pero por causas extraordinarias, la empresa local adjudicataria no podrá comenzar las labores hasta finales de agosto o principios de septiembre», tal como argumentó el primer edil.

El adoquinado en este punto, que suele tener un elevado paso de vehículos, está en muy mal estado y presenta un desnivel peligroso «debido a que el hormigonado que se hizo debajo de los adoquines está agotado», explicaron fuentes municipales, por lo que resultaba necesario actuar. El inicio de los trabajos ya se vio condicionado hace unos meses por los desprendimientos de un edificio de este tramo para peatones.