Vila-real recupera completamente su actividad deportiva, en la docena de instalaciones existentes en la ciudad. Tras un fin de semana de competiciones y la primera semana de campaña, el Servei Municipal d’Esports reactiva todas sus dependencias, actividades para socios, clases dirigidas y clubs en una red de espacios ampliada este año con dos nuevas dependencias --la piscina cubierta Aiguasalut y el nuevo pabellón Campió Llorens--, a las que se suman los gimnasios privados con los que el Ayuntamiento mantiene un convenio de colaboración.

Asimismo, las actividades de la guía deportiva han comenzado con la totalidad de las 3.000 plazas cubiertas en un arranque de campaña en el que se priorizan las prácticas seguras a través de una serie de protocolos de prevención certificados por la Universitat Politècnica de València.

El alcalde, José Benlloch, resalta la gestión del equipo de gobierno en los últimos nueve años para ampliar la red de instalaciones deportivas municipales hasta alcanzar las 12 actuales, incluyendo la Ciutat Esportiva Municipal (CEM), la nueva piscina Aigua-salut y el nuevo pabellón J. B. Llorens, «además de dar viabilidad al centro de tecnificación, a pesar de las dificultades económicas por la deuda y la losa del urbanismo heredadas de la etapa del Partido Popular».

El munícipe hace hincapié en que «en el 2011, antes de la llegada del gobierno del cambio en Vila-real y tras 16 años con el PP en la alcaldía, después de habernos endeudado como jamás en la historia y con los impuestos en el nivel más alto, el Ayuntamiento solo contaba con un campo de fútbol municipal, una piscina cubierta y tres pabellones». Y añade: «Nueve años después y en una situación económica más complicada, pagando más de 28 millones de euros por el urbanismo del PP y sin aumentar la deuda, tenemos el triple de metros cuadrados de instalaciones deportivas, más de 76.000 m2, con más campos de fútbol, tres piscinas cubiertas y cinco pabellones polideportivos, uno por cada 10.000 habitantes».

Y se pregunta «qué habría pasado si el PP hubiera seguido gobernando en Vila-real en esta situación de pandemia, tendríamos un Ayuntamiento arruinado e incapaz de ofrecer oportunidades».