El camposanto de Vila-real fue ayer, como el de tantos otros municipios a lo largo y ancho de la geografía nacional, un enclave muy visitado para rendir homenaje a los seres queridos que ya no están. Un cementerio que, al igual que en los últimos años, está sometido a una serie de mejoras para «recuperar más espacio y dignificar el recinto», en palabras de la edila delegada, Rosario Royo. «Seguimos trabajando con la idea de impulsar el reciclaje de las instalaciones, atendiendo, entre otros, las nuevas formas de entender los entierros y al hecho que la Religión católica, mayoritaria en la ciudad, acepta la incineración», argumenta la concejala.

Así, la apuesta del consistorio es mantener el camposanto «con un proyecto global de reorganización del espacio y una posible ampliación, en un futuro, en un solar colindante», asegura la delegada de Cementerio.

Royo indica que la hoja de ruta del trabajo se basa en cuatro acciones. La prioridad es continuar con la recuperación del mayor número de nichos posible, tanto los caducados como aquellos casos en los que los familiares han decidido reunificar a sus difuntos, «por lo que hay que exhumar y acondicionar para que pueda ser utilizado de nuevo».

MÁS ACCIONES // Respecto a la reparación del perímetro, las labores acometidas han permitido arreglar el exterior norte y oeste, y cara al año que viene continuarán en el interior «rehabilitando 72 nichos más», afirma. El aumento de incineraciones también ha llevado a la construcción de nuevos columbarios para las cenizas. Del mismo modo, han levantado 10 panteones verticales. En el caso de estos dos espacios, la intención del equipo de gobierno es ejecutar otros nuevos en el 2020.

El Ayuntamiento ha invertido 100.000 euros en los trabajos desarrollados este año, pero la necesidad de ajustarse al dinero disponible dentro de la estabilidad presupuestaria ha frenado algunas iniciativas. En este sentido, Royo avanza que, pasada la festividad de ayer, también arreglarán algunos desperfectos. H