Vila-real se convirtió ayer por la noche en un escenario más propio de las series norteamericanas de muertos vivientes que de su habitual estampa veraniega de calles semivacías. Más de 600 personas participaron en el Last Day Zombie, un evento que se celebraba por primera vez en la provincia de Castellón y que congregó, sobre todo, a grupos de jóvenes, que acudieron no solo de Vila-real y municipios cercanos sino también de Valencia, Alicante o Tarragona.

El Espai Jove fue el centro de la actividad en sus horas previas. La organización maquilló a los zombies y a los que decidieron participar en esta especie de yincana terrorífica como supervivientes, que fueron la mayoría.

Antes del inicio de la actividad, por la que los asistentes habían pagado 20 euros, más de un vecino se llevó un buen susto cuando acudió a cenar a los restaurantes del centro de la localidad y se encontró a grupos de muertes vivientes cogiendo fuerzas para una competición que siguió hasta bien entrada la madrugada.

La escena inicial tuvo lugar a las 23.00 horas en la plaza Major, y a partir de entonces los supervivientes combinaron las misiones que les encomendaban los organizadores con el objetivo prioritario de la noche, que era evitar el contacto con los muertos vivientes, lo que suponía la eliminación.

La organización contaba con alrededor de 100 actores que realizaron escenificaciones junto a los asistentes en numerosos espacios interiores, como gimnasios de colegios o el aparcamiento de los antiguos juzgados.

La Concejalía de Juventud patrocinó el evento, cuyo objetivo era dinamizar el comercio local en unos meses complicados para la hostelería vila-realense. Y lo consiguieron, pues los organizadores confirmaron que la asistencia “supera la media de nuestros eventos”. H