Carlos Bacca lo tiene claro. Las buenas sensaciones con las que está a punto de concluir su primer temporada con el Villarreal le han convencido de que la mejor opción para continuar su carrera está en el Submarino. «Me quiero quedar», dice con rotundidad cuando se le hace la pregunta del millón: ¿Seguirá vestido de amarillo la próxima temporada?

Pero la respuesta no es de fácil respuesta, más que nada porque no depende del propio Bacca, ni tampoco absolutamente del Villarreal, que considera excesivos los 16 millones de euros de la opción de compra incluida en el contrato de cesión del cafetero el pasado verano. El Milan parece tener la última palabra y, de momento, se la guarda, después de los «dos meses de conversaciones» que mantienen el club amarillo, el representante del futbolista y el Milan, como apuntaba el propio Bacca.

La intención del máximo goleador del Villarreal esta temporada (15 goles en Liga más otros tres en la Europa League) hubiera sido la de incorporarse a la selección de Colombia que disputará el Mundial con el tema resuelto. Pero todo apunta a que no será así. Bacca hará las maletas tras el último partido de Liga del Villarreal, el próximo sábado ante el Real Madrid, y en ella incluirá el interrogante de su continuidad en el club en el que ha vuelto a encontrar la felicidad tras una última etapa oscura en el Milan, «un gran club, pero donde el último año, con el entrenador de entonces —Montella— ni estaba cómodo ni me sentía importante», confesaba el colombiano, a pesar de los 14 goles que celebró como rossonero la campaña anterior a su préstamo al Submarino.

En el Villarreal reencontró la estabilidad a pesar de las dudas iniciales. «Al principio me costó un poco. El cambio de equipo, no poder hacer la pretemporada... En la primera jornada —ante el Levante— en el minuto 50 ya estaba sin piernas. Después unas pequeñas lesiones… Pero se superó todo con trabajo, esfuerzo y fe. Cuando trabajas, los resultados ahí están», relata Bacca su evolución en el equipo amarillo. «Venir al Villarreal me vino bien, para la cabeza, para sentirme importante y poder fluir dentro del campo. Y también fuera del césped. En el día a día con compañeros, técnicos y directivos me he sentido importante», añade el ariete, que ha agradecido la confianza con una recta final de Liga a un gran nivel, «al 100% y en el momento en el que el equipo más lo necesitaba».

EL FACTOR CALLEJA

La llegada de Javier Calleja al banquillo del Submarino también ha sido un factor importante para explicar los buenos números de Carlos Bacca en su primera campaña como amarillo, y ya no solo como materializador, sino también como generador para sus compañeros en el último pase. «Es el mejor año de mi carrera en lo que respecta a las asistencias», apunta el ejecutor de siete pases de gol.

La libertad táctica que le ha otorgado el entrenador del Submarino ha potenciado las virtudes de Carlos Bacca, ya fuera con el 4-4-2 en rombo como con el 4-2-3-1 con el que el Villarreal ha afrontado esta recta final de temporada. «Los dos sistemas me gustan y se adaptan muy bien a mis cualidades. Además con la libertad que me da Calleja para moverme por donde yo quiera, bajar a recibir a banda y no estar solo ahí arriba parado, donde pierdo la paciencia. La movilidad me va bien», analiza el de Puerto Colombia.

Bacca quiere despedirse el sábado, pero solo de forma momentánea, de una afición a la que quiere «brindar un triunfo ante el Madrid». Cerrar bien la temporada y el Mundial ocupan su mente. El resto lo deja en manos de su representante, el Villarreal, el Milan y «Dios», siempre presente en el universo de Bacca.