Es una de las ventajas que tiene el denso calendario liguero. Cuando se produce un mal resultado, la oportunidad de la revancha asoma a la vuelta de la esquina. Al Villarreal se le aparece ahora la Liga Europa como una oportunidad de bálsamo. Aire fresco para despejar la cabeza de la dinámica negativa en los torneos domésticos, y para levantar el ánimo después de la sucesión de golpes (goles encajados a última hora, lesiones, polémicas arbitrales) que han lastrado el vuelo del equipo de Unai Emery durante las últimas semanas.

Europa como oportunidad, Europa como bálsamo. Ilusión es la palabra que repitió Unai Emery nada más sufrir el impacto cruel de la eliminación copera. Una nueva ilusión, dijo, que hiciera olvidar la decepción de la derrota contra el Levante. Y mucha ilusión esta temporada está depositada en la Europa League, donde el Submarino, ciertamente, no tuvo la mejor suerte en el sorteo. Por ello debe afrontar la eliminatoria contra el Salzburgo, ahora, en el momento más complicado, seguramente, de la temporada.

Para superar este reto, deberá corregir algunas de las carencias que está arrastrando en las últimas jornadas, de un área a otra. En la propia, con la falta de contundencia que ha acusado incluso lo que parecía más fiable del equipo, la pareja Albiol-Pau, desarbolada en momentos puntuales, sin milagros de Asenjo. Y en la ajena, agradeciendo la recuperación de Gerard Moreno, que sigue ennoviado con el gol, pero esperando en vano que Paco Alcácer regrese al nivel que se le presupone, y que mostró en pasajes del primer tercio de la temporada.

Entre medias, donde carbura el juego, Unai Emery recupera efectivos importantes para la eliminatoria contra el Salzburgo. Si contra el Betis hubo de realizar equilibrios para formar el centro del campo (dando carrete al canterano Álex Baena y reubicando al eficiente comodín de Foyth), para Austria podrá contar con el pivote Capoue, que estuvo en el banquillo de La Cerámica el domingo, y con el interior Manu Trigueros, sancionado por acumulación de amonestaciones, y socio predilecto de Dani Parejo en la creación.

El Villarreal, sexto en la clasificación de Liga, atraviesa un tramo vital de la temporada, donde debe alternar la doble competición con partidos muy exigentes. No en vano, después del partido de ida en Europa League viajará a Bilbao a medirse al Athletic de Marcelino García Toral, y después de la vuelta continental, la semana siguiente, recibe al Atlético de Madrid, el destacado líder de Primera.