Segundas partes sí pueden ser buenas. A eso se agarra Javi Calleja, que después de 50 días de vacaciones forzosas tras su destitución, ha vuelto con el reto de salvar del descenso a un Villarreal diseñado para pelear por las plazas europeas, incluso por la Champions. Ahora el reto es lograr que Llaneza destape la botella de cava y brinde por la permanencia, un rito que ha venido llevando a cabo en los años de vino y rosas, en los que el equipo ha sido habitual en Europa tras el descenso del 2012.

Calleja asegura regresar más maduro, más fuerte y más cercano a la realidad del fútbol de élite. Se ha quitado el barniz de la utopía de ese juego idílico con el que llegó y con el que ha coqueteado durante este año y medio en el banquillo de La Cerámica. Ahora su objetivo es ganar y ganar para salir de la cola, tras lograr solo dos empates ante Espanyol y Valladolid. La permanencia está a cuatro puntos.

-¿Cómo se siente un entrenador cuando es destituido y regresa 50 días después a su cargo?

-Con muchísima fuerza. En esta segunda etapa vuelvo con más energía y con la convicción de que con esta plantilla vamos a sacar al Villarreal adelante.

-¿Qué pensaba cuando veía a su equipo desde fuera, sentado en el sillón delante de la televisión, llevando su vida normal y viendo muy de cerca lo que acontecía alrededor del club?

-Es una situación especial y anómala. Conoces a la plantilla y lo que se respira en el vestuario, y tienes una espina clavada que no te logras sacar hasta que surge la llamada del presidente y me ofrece volver. Esta experiencia externa es una enseñanza para observar el fútbol desde otra perspectiva. Desde la distancia quizás ves con otros ojos a la plantilla y encuentras soluciones que ahora intentaré poner en práctica.

-Cuando rebobinas la cinta, ¿cuál es el principal error que cree que cometió en su anterior etapa?

-Creo que mi gran error fue pensar más en el futuro del club que en el presente. El fútbol no te da tiempo y tienes que priorizar el rendimiento inmediato. Más en esta situación en la que tienes que ganar obligadamente. La enseñanza es que uno tiene que tomar decisiones para cada fin de semana sacar rendimiento la plantilla. El crecimiento personal tiene que darse en el fútbol base. El jugador que llega a profesional debe rendir rápidamente. Siempre pensé que se podía compaginar rendimiento a corto plazo con ir creando una base de jugadores para un futuro, y que el Villarreal les tuviera al final para muchos años. Es algo que he meditado mucho y como entrenador debo seguir apostando por la cantera, pero sabiendo que cuando salgan es porque te ofrecen garantías de máximo nivel.

-¿Ser entrenador de club es una desventaja?

-Al final hay una cuestión evidente que son los resultados. Si piensas a largo plazo y ves que acompañan tienes más tiempo para crear un proyecto de futuro, pero si no están a tu favor te limita mucho. Me siento identificado con la filosofía del club y creo en la base, pero sabiendo que se debe priorizar el ganar.

-La decisión del presidente fue sorprendente. ¿Sabía que legalmente podía volver?

-Cuando me lo dicen es que había una certeza absoluta que se podía hacer y ya había salido, por ejemplo, el caso del Mónaco.

-¿Cuándo le comunicaron la decisión y cómo reaccionó?

-Cuando tienen pensado destituir a Luis García. El Villarreal jugó el sábado en Valencia y el primer contacto es el lunes. Me llama el presidente y me sondeó por la posibilidad, de cómo vería volver al banquillo, antes de tomar la decisión definitiva. Y le dije que me entusiasmaba la idea. Siempre dije que me gustaría ser entrenador del Villarreal toda la vida y cuando me lo dicen, me ilusiona al máximo y me dan ganas de volver ya. Estaba convencido de que lo íbamos a sacar y por eso tomé la decisión, además de que contaba con el apoyo, confianza y visto bueno de los jugadores.

-Nunca tuvo al vestuario en contra ni cuando fue destituido. ¿Valoró la opinión de la plantilla?

-Sí, intenté sondear cómo podía sentar mi vuelta y sentí que era bien aceptada, porque de lo contrario no hubiera dicho sí. En esta situación, sino están unidos todos, es imposible. Necesitaba que todos los que componen el entorno del club creyesen en que se podía sacar esto adelante.

-Dejó al Villarreal fuera de descenso y lo coge en una situación más complicada. ¿Daba miedo?

-Sabía que era difícil y que una distancia de cinco puntos era complicada, pero también estoy seguro de que hay tiempo para revertir esta situación y lograr la permanencia. Sigo pensando que es posible y la decisión que tomo, a pesar de que la cabeza influye, sigue el dictado del corazón.

-Regresa sin firmar nuevo contrato y sin hablar de dinero, ¿no?

-Un apretón de manos con el presidente, como se hacía antiguamente. No se firmó nada, ni se ha hablado de dinero, ni de futuro, solo de sacar al Villarreal adelante. Nada más. Yo voy a ganar el mismo dinero estando en casa que volviendo a entrenar.

-¿Ni siquiera una cláusula de renovación si salvaba el equipo?

-Nada de nada. El presidente y yo nos hablamos y nos dijimos que íbamos a sacar la situación adelante. No me he guardado las espaldas por ningún lado, solo quiero acabar el trabajo y estoy seguro de que concluiremos en Primera División.

-Quedan 15 jornadas, ¿Tiempo de sobra para levantar esto?

-Queda tiempo, pero no podemos dejar de pasar más. El de Valladolid era un partido clave, pero no acaba ahí por empatar. Ni mucho menos; estamos a cuatro puntos de la permanencia y debemos empezar a ganar ya.

-Dos partidos y dos empates. ¿Qué ha faltado para ganar al Espanyol y al Valladolid?

-Un poco de suerte y sobre todo gol. Nos falta punch en el área y eso nos lastra mucho. En Valladolid ya logramos acabar con la portería propia a cero y eso es un paso importante. Ahora debemos mejorar en la definición. Hay calidad y potencial para ello.

-Y ahora vuelve la Europa League. ¿Cómo la afronta?

-A todo el mundo le debe quedar claro que no vamos a tirar la Europa League, porque aunque nuestro objetivo es LaLiga, poseemos plantilla para competir en las dos competiciones. Habrá rotaciones, por supuesto, pero tenemos que tener a todos los jugadores enchufados para tirar adelante en Europa.

-Ahora su trabajo más que de entrenador está siendo de recuperador anímico de sus jugadores.

-Vamos a trabajar en función de nuestro equipo y no del adversario. Tenemos que tener una identidad, pero al rival hay que conocerlo pero no depender de él.

-¿Cómo ha visto a sus jugadores tras su vuelta al banquillo?

-Les he visto convencidos de que esto se va a superar y debe hacerse entre todos. No hay ningún jugador que sobre o sea prescindible. Todos son fundamentales y les veo muy enchufados.

-Un equipo con tan buenos jugadores, pese a los errores cometidos en los fichajes, no es normal que esté tan abajo porque no ha contraído tantos deméritos.

-Son años en los que todo se tuerce y te va minando la confianza. Un equipo que está acostumbrado a pelear arriba cuando se mete en descenso, tarda en asimilar esto, pero nosotros somos conscientes de dónde estamos y ahora solo valen los hechos y afrontar la realidad. No podemos pensar que todo es injusto y ya llegarán las victorias porque entonces nos confundiríamos. Ahora está claro cuál es nuestro objetivo.

-¿Cómo pasa un entrenador de ser el objetivo de las críticas a llegar para ser el salvador?

-Cuando nos salvemos yo no voy a ser el salvador, porque eso corresponde al equipo. Intento tratar a todo el mundo por igual y centrarme en el trabajo, abstrayéndome de todo lo negativo y que nos pueda perjudicar.

-¿En algún momento ha pensado que su idea era un tanto utópica para el fútbol de élite?

-Es verdad que hubo momentos en que mi idea viniendo del Villarreal era una maravilla y una preciosidad, y buscaba una propuesta de juego para la que necesitas tiempo y los jugadores se fueran haciendo a ella. Yo siempre creí que con tiempo el Villarreal se aprovecharía de una idea que anteriormente ya habían trabajando otros entrenadores. Siempre creí en ello y… creo aún, pero ello a veces me ha podido pasar factura. Hay cosas que se deben analizar y afrontar no a largo plazo sino desde la distancia corta. No voy a renunciar a esa utopía, porque tenemos que diferenciarnos de otros clubs, pero sé que lo primero son los resultados.

-El Villarreal tiene ahora el plus de Cazorla pero le falta el valor añadido de jugadores como Gerard Moreno, Iborra, Fornals….

-Cazorla está en su mejor momento, liderando al equipo y tomando responsabilidades. En cuanto a los otros, mi obligación es sacarles el mejor rendimiento. Pablo Fornals estuvo en la selección en su momento y tenemos que recuperar esa versión, igual que con Gerard, al que no le puedo discutir su sacrificio y su lucha, pero necesitamos sus goles. El Villarreal necesita al goleador determinante y nos urge su acierto, porque ambos son jugadores que tienen que tener un papel protagonista para sacarnos de esta situación. Si no logramos su mejor versión, será complicado.

-Le veo fuerte…

-Sí, lo estoy. Ya ha pasado el duelo y ahora hay que hacerse fuerte y mirar adelante. Es lo que te dicen, que cuando te hieren pero no te matan, uno resurge de sus cenizas y es cuando más da de sí.

-Se ve en el Villarreal la próxima temporada?

-Me veo salvando, con todos los que estamos, al equipo de esta situación y con el Villarreal en Primera División el año que viene. Y una vez logrado este objetivo, que es para lo que he venido, me veo y me veré siempre en el Villarreal los años que haga falta.

-¿Tiene una deuda pendiente con Fernando Roig?

-Sí, yo voy a estar siempre a disposición del club, ahora que quiero centrarme en estos 15 partidos y que tengamos un final feliz en Primera División.

-No quiso más fichajes en el mercado de invierno para que todos estuvieran implicados...

-Estoy convencido de que no hace falta nada más para sacar adelante esta situación.