La Copa es el sueño prohibido del Villarreal. Y ahora es plato principal. A diferencia de otras épocas en las que se pensaba que era un torneo que molestaba en el camino del objetivo principal, que era una clasificación para Europa, ahora se observa como una posibilidad real de alcanzar una final por primera vez en la historia del club, brillante en las últimas décadas pero exenta del brillo de levantar una Copa. En el camino se sitúa, nuevamente un año después, el Girona. Llega en un momento de estrés competitivo para los amarillos y con un sinfín de problemas en forma de lesiones que han dejado a Unai Emery sin hombres importantes para dosificar esfuerzos como Mario, Chukwueze, Gerard Moreno, Jaume Costa y Juan Foyth, que se unen a Alberto Moreno y Vicente Iborra.

No obstante, el Submarino podrá alinear un once competitivo y reservar a la vez jugadores para LaLiga. El entrenador groguet confirmó que medita repetir el sistema de juego de Huesca, con una defensa de tres centrales, dos carrileros profundos, con la duda de si apostará por dos delanteros natos o solo por un referente en ataque y dos jugadores por detrás como en El Alcoraz. También tendrá un ojo puesto en el partido del sábado ante un rival directo en la pugna por los puestos europeos como es la Real Sociedad.

Otro de las incógnitas que presenta el equipo de partida de esta noche en Montilivi es si Paco Alcácer estará disponible para empezar a jugar desde el minuto 1, cuando todo apunta a que Fer Niño volverá a ser el talismán de la Copa para los amarillos.

Por su parte, el Girona recibe al Villarreal con la idea de igualar su techo histórico en el torneo copero: los cuartos de final que consiguió en el curso 2018-19. El cuadro de Montilivi afronta la visita del Submarino con la ilusión de dar la sorpresa y con la autoestima al máximo tras comenzar la segunda vuelta con una sufrida victoria ante el líder Espanyol (1-0).

El técnico del conjunto catalán, Francisco Rodríguez, se agarra a esta competición como un premio aunque la prioridad es pelear hasta el final por el sueño del ascenso, pero convencido de que cada paso adelante que dé en la Copa ayudará a seguir avanzando en el camino hacia dicho objetivo.

Solidez defensiva

Una de las virtudes del Girona es su solidez defensiva, que le ha permitido encajar solo una derrota en sus últimos 11 partidos y cuatro goles, con ocho ceros en su meta. Emery aludía ayer a que su equipo debe progresar en la generación de ocasiones de gol. Sin duda, el cuadro catalán será un test de primer nivel para testear esa mejora en ataque que ante el Huesa se quedó solamente en una ocasión de gol.

En la Copa del Rey, de hecho, el conjunto catalán ha celebrado tres victorias, ante la Gimnástica Segoviana, el Lugo y el Cádiz, con seis goles a favor, dos por partido, y solo uno en contra.

Mientras en el Villarreal se espera un once con mezcla de habituales y jugadores con menos protagonismo en Laliga, en el Girona se vaticina que Francisco vuelva a dar una oportunidad a hombres que hasta la fecha han tenido menos minutos, como el propio Muri, Yan Couto, Jonás Ramalho, Ibra Kébé, Nahuel Bustos o Valery Fernández, el autor de las dos dianas de la victoria ante el Cádiz.

El Villarreal llega a esta eliminatoria con una gran sobrecarga en las piernas y con un cansancio físico que se traduce en lesiones. Por ello, a los siete lesionados se unen otros futbolistas como Dani Parejo, Manu Trigueros, Raúl Albiol o Pau Torres. Es bastante factible que algunos de ellos deban descansar, aunque los problemas en banda derecha quizá obliguen a que los jugadores de este perfil tengan que repetir.

Respecto al once, el técnico maneja la opción de jugar con tres centrales y un sistema 1-3-5-2, que ya ha utilizado en los dos últimos partidos. Con esa opción es Peña el que actuaría como carrilero derecho y Estupiñán como el izquierdo, apostando por jugar con tres centrales como Funes Mori, Albiol y Pau. De no jugar con tres atrás, la opción es poner a Peña como lateral derecho y que Pino, Baena o Raba jueguen en banda.

El Villarreal tiene esta noche la posibilidad de meterse en cuartos de final, una frontera que tampoco ha cruzado en demasiadas ocasiones. Emery apunta a la Copa.