El ‘protocolo Covid’ obligó a que Unai Emery atendiera a Mediterráneo por teléfono. No es necesario el face to face para comprobar durante más de una hora que el nuevo entrenador del Villarreal no te deja indiferente. Es pasional y sus gesticulaciones se perciben, incluso, a distancia. Podría ser perfectamente un buen profesor de instituto o universidad porque intenta explicar pedagógicamente todos sus argumentos. Pasa horas y horas en la Ciudad Deportiva, a la que ya algunos llaman la casa de Emery. Su currículo como entrenador es envidiable y llega para poner su experiencia al servicio del Villarreal, además de su pasión, energía y conocimientos de fútbol y liderazgo en el vestuario.

Ha pasado por clubes de la dimensión del Sevilla, Valencia, Spartak de Moscú, PSG o Arsenal, pero sigue siendo el chico alegre y humilde que disfruta tomando chacolís con su pandilla de Hondarribia. No ha cambiado nada.

--¿Es muy diferente el Villarreal visto desde fuera a estar dentro?

--Me siento aún interiorizando lo que es el concepto de club, pero estoy sorprendido de la capacidad de respuesta interna. Tres campos de césped natural para entrenar, más el estadio. Solicité un gimnasio nuevo al lado del campo de entrenamiento y ya está construyéndose. La posibilidad de comer, cenar y dormir en la Ciudad Deportiva.. Son todo opciones para sentirte a gusto trabajando.

--Si compara la dimensión social de los clubes que ha entrenado como PSG, Arsenal, Spartak, Sevilla o Valencia, la proporción puede ser 20 a uno, pero por dentro, ¿el Villarreal supera a entidades tan poderosas como PSG o Arsenal?

--Sí, totalmente de acuerdo, pero yo tengo la ventaja de que estuve en el Valencia y ya conocía lo que hacía el Villarreal y sentía admiración por su capacidad para tener estas instalaciones y grandes jugadores. Ha disputado partidos y competiciones importantes, todo con el mérito de hacerlo en una localidad muy pequeña como Vila-real y con un gran reconocimiento nacional y mundial. La dimensión mediática puede ser favorable o no, depende si van bien o mal las cosas, pero creo que el club tiene esa ventaja porque dispone de exigencia interna y capacidad de ejecución sin la necesidad de poseer esa dimensión externa. Los asuntos se arreglan dentro. El Villarreal no tiene nada que envidiar al PSG o al Arsenal.

--¿Qué le ha pedido Fernando Roig en el Villarreal? ¿Titulos?

--El Villarreal ha jugado semifinales de Europa League y Champions. Existe esa ilusión y se puede realizar. En el Valencia se priorizaba la estabilidad económica de jugar Champions y en el Sevilla recuerdo una conversación con Del Nido. Yo había vivido la experiencia anterior y comenté que el objetivo sería estar entre los tres o cuatro primeros, y él me dijo: «Unai, ¿has ganado algún título?» Le contesté que no. El presidente me respondió: «cuando lo ganes, sabrás lo que significa y la trascendencia social que tiene». Yo he vivido las dos cosas. En el PSG gané 7 títulos. En el Villarreal llego con una experiencia de las dos situaciones. El club no me ha pedido nada, pero lleva una línea de 23 años en la élite. Yo vengo a darle mi toque personal y mi experiencia, y también con humildad a aprender.

--Unai gana mucho con la comunicación personal, verbal y no verbal. ¿Eso le ayudará mucho en su vuelta a España a diferencia de sus experiencias en PSG, Spartak o Arsenal con un idioma diferente?

--Son bastantes personas allegadas las que me lo han comentado. Roberto Olabe me decía que mi rendimiento sería mayor, con la mejor transmisión del idioma, en España. En Francia tuve que dedicar tiempo al aprendizaje del francés. A mí me gusta leer y estudiar aspectos como el liderazgo o la gestión de grupos. Y es importante para mí hablar con los jugadores mucho. Por eso, en París, aunque hablase en francés y diese charlas de 20 minutos, no tenía la misma capacidad de comunicación. En Inglaterra, lo mismo.

--Cuándo ya se había comprometido con el Villarreal y se había firmado una cláusula de rescisión bilateral, ¿se planteó en algún momento echarse atrás?

--Yo intento tener valores y ser consecuente. Lo primero es tener respeto al gran trabajo hecho la pasada temporada. Yo llego y tengo que dar las gracias porque estamos en Europa League. Luego introducirme y asumir esa responsabilidad y mi compromiso.

--Las expectativas por los fichajes, ¿pueden poner altas las perspectivas y casi obligar al Villarreal a acabar cuarto por delante de Barça, Madrid, Sevilla o Atlético ?

--Si algo dan 23 años de experiencia en la élite al club, y a mí 16 como entrenador, es poder manejar estas situaciones y exigencias. Hay que tener el equilibrio en lo emocional, más en las sensaciones internas que las externas. El proyecto es seguir creciendo como club. Yo intentaré aportar mis experiencias y ayudar. Soy el primero que quiero jugar la Champions. En una reunión con Fergurson, le dije la importancia de la Europa League porque a ciertos equipos nos les da la posibilidad de jugar una final. Y él me dijo: «¿Pero querrás jugar la Champions?» «Sí, pero también ganar», le respondí.

--¿Cómo se define el estilo Emery?

--Tres puntos clave. Uno, ser competitivo y ganar. ¿Cómo voy a conseguirlo? Esa es la primera piedra para plantear un partido. La segunda, crear un camino y un estilo. La filosofía del Villarreal, que lleva vigente muchos años, debo mantenerla y no me escapo a ella. Este club es de jugadores de pie y debo crear mi propio camino con esa idea. La tercera es que los seguidores encuentren una pertenencia al equipo y les transmita algo del minuto 1 al 90. La identificación del equipo con el entorno es muy importante.

--Repite mucho la palabra competitivo. Usted era un jugador muy técnico pero que no acabó de explotar. Al final, pasó dentro de una misma temporada de jugador a entrenador en Lorca. ¿Su propia vivencia le ha hecho ser más exigente?

--Julián Rubio me definió como un futbolista tecniquillo. Y eso lo dice todo. Yo tuve una lesión muy grave y eso me mermó con 20 años. En la Real estaba Aranzabal, De Pedro, Alkiza y Emery. Eran los jugadores con proyección y solo fallé yo. Ese proceso me ha condicionado y curtido. El ser competitivo va en cosas a las que yo no podía llegar como jugador. Para alcanzar el alto nivel, el condicionante físico es imprescindible para ganar. El Barcelona tiene a Messi, pero sus datos físicos son de los mejores. El Villarreal está a un nivel alto en correr a 14 kms por hora. En medias y altas intensidades, por la mitad, y es vital. Hay que correr y llegar antes que el rival y duelear con el contrincante. Ese proceso evolutivo mío para ser competitivo va en lo que yo viví cuando me llamaban tecniquillo y en las experiencias acumuladas en España, Rusia, Francia o Inglaterra.

-- ¿Se halla en ese proceso de adaptación de los jugadores a su idea?

--Primero me adapto a ellos y luego intento ser competitivo. Hemos encontrado diferentes respuestas. No es lo mismo tener a Chukwueze en el campo que a Trigueros tapando el carril, porque entonces le das más protagonismo al lateral. Es un proceso de estos cinco partidos que me da para identificar a los jugadores, para ver las combinaciones y observar quién está preparado para asumir responsabilidades más altas.

--¿Prima lograr el equilibrio defensivo y ofensivo?

--Hay cuatro aspectos fundamentales: preparación física, táctica, capacidades técnicas y cómo conjugarlas, y luego está la preparación psicológica. Lo más difícil es crear el juego ofensivo. El sistema defensivo es más sencillo, pero a la vez tiene una parte más complicada que es la implicación y el sacrificio. Lo que hicimos ante el Atlético fue de un tremendo valor pero atacar es más complicado, aunque en el Wanda también lo hicimos mejor que el Atlético.

--Se le han criticado mucho en su carrera las numerosas rotaciones que efectuaba. ¿Seguirá igual?

--Existen momentos en que tienes 20 jugadores y quieres darles oportunidades, pero quizás no estén todos preparados. He aprendido también que los futbolistas quieren jugar con los mejores. Llevo 12 años en competiciones europeas y recuerdo un partido contra el Lille, de Rudi García, con el Valencia. Introduje 11 cambios y logramos empatar, pero no jugamos bien. Ese día escuché de un futbolista experimentado la frase:«jugamos el carro del pescado». De ahí aprendí que son válidos todos para disputar un partido, pero ellos también quieren verse respaldados por los considerados buenos o titulares. El equipo tiene que aprender a jugar con rotaciones o no, pero yo cada vez haré menos, o ninguna, según lo que considere mejor para la plantilla.

--¿Sorprendido por Gerard y Moi?

--Tenemos muchos jugadores que han estado en la selección de su país. Para los que no han estado nunca, su reto es estar. Yo creo que Moi tiene capacidad suficiente y considero que algún día le van a llamar a la Absoluta. ¿Que pasó con Moi cuando tenía 20 años? Pues tuvo que pasar procesos de cesión y dureza en Getafe, Sporting de Gijón o Huesca para ser el jugador que nos da una estabilidad en el juego que valoramos mucho. A mí me encanta trabajar con la gente joven.

--¿A Kubo le perjudica esa presión mediática en torno a su figura?

--Primero hay que hablar del equipo. Luego de aspectos individuales. Yo converso con él y le veo una madurez y una personalidad positiva. En Japón es una estrella en ciernes y le están dando un gran mimo exterior. ¿Por qué? En su país es el primer japonés que puede alcanzar el estatus de nivel top. Hubo otros, pero ninguno referente en un club grande y es un reto. Pero dentro tiene que dejarse guiar y trabajar en el equipo, y luego él. Es muy profesional. En días de descanso viene a trabajar él solo y le hacemos un vídeo individual de cada entrenamiento y de los partidos. Yo nunca he dicho la frase: con este jugador vamos a Champions. Lo diré con el equipo.

--¿Usted fue clave para convencer a Take a firmar por el Villarreal?

--La conversación que tuve con él fue que venía a pelear en banda derecha con una competitividad mayor que le haga jugar de 10 o de 11, pero todavía le falta. Pero su actitud de trabajo es excelente y eso le llevará a ser muy bueno. Luego es ya ir cogiendo ese nivel competitivo que le exigimos. Es un chico maduro que tiene que llevar sus pasos. Si desde el exterior no le ayudan, lo haremos desde dentro.

--¿Por que se desenvuelve mejor en la derecha Take?

---Su pierna buena es la izquierda y siempre domina con ella, entonces en derecha aleja el balón más del contrario y se siente más cómodo para jugar y progresar hacia dentro. Incluso de 10, puede hacer lo mismo jugando siempre un poco más escorado hacia la derecha para meterse hacia dentro y tener capacidad de izquierda. Sin embargo, jugando en el flanco izquierdo tiene que hacer lo contrario, estar hacia dentro, entonces su pierna dominante que es la izquierda llevando el balón, está más cerca de la flexión del contrario entonces, pero puede hacerlo porque es inteligente y va a progresar, pero llevará mas tiempo. Ahora ha rendido más en la derecha que en izquierda o en el centro. Presenta datos físicos buenos y lo tiene todo para ser jugador de primer nivel.

--¿A quién se parece Take?

--Se parece mucho a David Silva. Yo lo tuve con 22 años, pero estaba más maduro porque venía de dos cesiones en Eibar y Celta antes de volver al Valencia. Silva era zurdo y jugaba de 7 más que de 11, porque su pierna dominante era la zurda e intentaba ir a ese lado.

--Estuvo cuatro años en el Valencia, el próximo rival del Villarreal. ¿Cómo ve su situación social?

--El fútbol es sentimiento y pertenencia. Romper eso, ¿merece la pena? Hay que valorarlo. Ves otros clubes con capital externo, pero controlados con gente de la casa y han conseguido funcionar como Sevilla o Atlético. Pero en Valencia, las decisiones se adoptan a kilómetros de distancia sin vivir el día a día y es difícil. En su momento se puso el dinero que hacía falta, pero luego hay unas responsabilidades.

--¿Qué Valencia espera?

--Tienen un once inicial muy bueno para estar entre los seis primeros y un gran entrenador. En pretemporada nos ganaron. Será un Valencia muy motivado porque estas cosas unen pero tenemos un objetivo claro: ganar al Valencia.

--¿En qué punto está este Villarreal que quiere Emery?

--Para mí nunca hay un final. Siempre hay margen para trabajar en el fútbol. El equipo tiene que progresar constantemente. Siempre hay una retroalimentación de lo que somos y queremos ser. El resultado que más daño me hace fue el del Huesca. El partido del Atlético fue consecuencia directa de lo que pasó ante el Barça.

--El protocolo covid, ¿le descoloca?

--Sí, te altera a la hora de llevar las charlas como quieres, al plantear las reuniones, a la hora de mostrar los vídeos de dos minutos individuales para los jugadores y al dar la charla para picar un poco al futbolista antes del partido pues apenas hay tiempo. Hay que cogerle el pulso a esta situación.