El ambiente que se vivirá este domingo en La Cerámica no será el de una jornada cualquiera. No puede serlo por lo mucho que se jugará el Villarreal, ni más ni menos que hacer desaparecer al final de los 90 minutos todo atisbo de sufrimiento. El Submarino quiere que la visita del Huesca se convierta en la gran fiesta de la salvación.

Los 42 puntos que alcanzarían los de Calleja no materializarían matemáticamente el único objetivo marcado desde prácticamente el inicio de la temporada, pero sí deberían bastar para dar por hecha la permanencia de forma virtual, además de hundir a su rival en el pozo de Segunda. Con los tres puntos en el saco, solo un cataclismo de dimensiones bíblicas podría impedir que los amarillos estuvieran entre los 20 equipos de Primera cuando se sortee el calendario de la Liga 2019/2020.

Tanto el club como el principal motor de la afición, la Agrupació de Penyes, han puesto todo de su parte para un lleno acorde a lo que habrá en juego. Para los seguidores, la previa del choque ante el Huesca empezará de buena mañana para colocar en las gradas las 17.000 cartulinas del mosaico que recibirá a los futbolistas groguets.

SIN ENTRADAS DISPONIBLES

El club también ha colaborado para que el no hay billetes sea una realidad esta tarde. La iniciativa de regalar una entrada a sus socios VYP Oro, esos que no fallan a su cita con La Cerámica ni por malos resultados ni por complicados horarios, ha tenido una gran respuesta, hasta el punto de que se han agotado las entradas disponibles. Así, serán «23.500 corazones latiendo al mismo son», como expresa en sus redes sociales, para minimizar el aliento que más de un millar de oscenses darán al rival en la grada visitante. Hora y media antes del choque, centenares de groguets ya se dejarán notar en la llegada del autobús del equipo a La Cerámica.

«No tenemos dudas de la respuesta de la afición. Ojalá el estadio explote de gente y podamos regalarles este triunfo», decía Funes Mori a los incondicionales, a los que Calleja también reclama un papel activo: «No queremos dejar pasar más jornadas, queremos salvarnos ya y necesitamos a toda nuestra afición». La parroquia grogueta recoge el guante.