El Villarreal CF convirtió en un mero trámite su clasificación para los cuartos de final de la Europa League. La superioridad sobre el Dinamo de Kiev fue demasiado evidente desde el primer momento. Los ucranianos no pudieron ni meterle un poco de nerviosismo en el cuerpo a un rival que controló el partido con una solvencia aplastante. El equipo de Emery parece aliviado psicológicamente después de haber truncado la racha de ocho partidos sin conocer la victoria y ha recuperado la confianza. Y también le ha cambiado la suerte. En la misma dinámica de inspiración en que se encuentra Gerard Moreno, que continúa de dulce. Anoche, le tocaba marcar en lugar de asistir. Si en Eibar dio tres asistencias de gol, en la Europa League marcó dos goles que agrandan su leyenda de ser uno de los jugadores más en forma de LaLiga.

Una de las claves del plácido pase a cuartos fue el respeto al rival. Emery lo volvió a demostrar con la confección del once inicial, repleto de titulares. Destacaba la segunda suplencia de Paco Alcácer en una semana, ocupando Bacca su lugar. Volvía el comodín Foyth al lateral derecho, Samu Chukwueze ocupaba posiciones de extremo y Funes Mori reemplazaba a Pau Torres. Era la combinación ganadora del Euromillón para superar al Dinamo de Kiev. Y por octava vez en su historia el Submarino estará entre los ocho mejores de una competición europea. Parece fácil, pero no lo es, aunque en esta ocasión apenas sufriera para lograrlo.

Movió bien el balón desde atrás el cuadro villarrealense, muy bien conducido por un Manu Trigueros muy enchufado y buscando siempre el pase entre líneas. Parejo intenta a poner la pausa en la medular, mientras que Capoue continúa siendo el hombre que nivela el balance defensivo de un equipo que acumula mucho talento y al que hay que dosificar para que los balances defensa-ataque no se quiebren.

Con el marcador a favor, y la tranquilidad que daba tener finiquitada la eliminatoria a la media hora, el Submarino se gustó a sí mismo y empezó a jugar al fútbol como si tuviera pegado al pie los mandos de la videoconsola.

El Dinamo de Kiev, un bloque muy joven dirigido por Lucescu y con futbolistas llamados a ser importantes en el concierto europeo, se limitó a estar en el centro del rondo al que los amarillos les habían invitado en La Cerámica.

Ni con el 2-0 a favor, ante la cercanía del importante partido ante el Cádiz para dar caza al Betis y la Real Sociedad en la lucha por una de las plazas europeas, Emery se confió y esperó a pasada la media hora final para mover el banquillo. Era el mensaje claro de que el Villarreal va muy en serio por esta competición en la que todavía sigue invicto y solo ha cedido un empate.

Eso sí, el Submarino se tomó un ligero respiro en la segunda parte. Su descanso consistió en mantener largas posesiones de balón ante un rival que también, pese a los gritos de Lucescu, había bajado los brazos y se estaba limitando a dejar pasar los minutos y dar por bueno el 2-0, honroso, no llamativo y que servía para volver a Ucrania con la cabeza alta.

El Villarreal sigue erigiéndose en uno de los favoritos a estar en la final de la Europa League, el torneo fetiche de su entrenador. Ahora, el objetivo solo se encuentra a cuatro partidos.

- Ficha Técnica:

2. Villarreal: Asenjo, Foyth (Mario Gaspar, m.63), Albiol, Funes Mori, Pedraza; Capoue, Parejo, Manu Trigueros (Raba, m.79); Chukwueze (Álex Baena, m.71), Gerard (Jaume Costa, m.79) y Bacca (Yeremi, m.63).

0 . Dinamo de Kiev: Buschan, Kedziora, Zabarnyi, Syrota (Popov, m.83), Mykolenko (Sidcley, m.83); Sydorchuk, Andriyevskiy (Shepeliev, m.66)), Tsygankov (Supryaha, m.46), Buyalskiy, De Pena y Rodrigues (Lednev, m.66).

Goles: 1-0, m.13. Gerard. 2-0, m.36: Gerard

Árbitro: Andreas Ekberg (Suecia). Amonestó por el Villarreal a Trigueros y Parejo.

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga Europa disputado en el estadio de La Cerámica sin espectadores.