El fútbol ha evolucionado. Posiblemente España sea responsable, y pionera, de la implantación de una nueva ideología centrada en un fútbol mas elaborado y de toque. El estereotipo de central también ha sufrido una mutación acorde a los nuevos estilos. Del defensa tosco, aguerrido y con aureola de tipo duro como los Benito, Arteche, Migueli, Goicoetxea de otras épocas, la profesión ha cambiado a un tipo de futbolista mas fibrado y con una calidad, incluso, superior a la de los centrocampistas. El Villarreal tenía un auténtico ejemplo en Pau, con estampa de un jugador de calidad y una solvencia para jugar el balón desde atrás propia de un organizador, función que asume en la canalización del fútbol desde la primera línea.

1.5 MILLONES POR EL PRÉSTAMO_

La incorporación de Juan Foyth, tras abonar un millón y medio de euros en concepto de préstamo, además de una cláusula de compra no obligada de 15 millones a la que se pueden sumar tres mas en función de una serie de parámetros, ha dotado al perfil derecho de la defensa de otro futbolista con un talento similar al de Pau. Los dos centrales parecen clones. Las similitudes arrancan desde el parecido físico, a la edad puesto que solo se llevan un año de diferencia, y continúan sus semejanzas en el perfil futbolístico.

Tanto Pau como Foyth son dos defensas con una proyección internacional enorme que les ha llevado a la internacionalidad absoluta con dos selecciones de primer orden mundial como España y Argentina, respectivamente.

El Villarreal ha apuntalado su zaga con dos defensas que por su juventud tienen un largo recorrido y que se complementan perfectamente con Raúl Albiol y Ramiro Funes Mori, ambos con cualidades distintas y una larga trayectoria profesional.

Pau y Juan Foyth parecerán dos hermanos de leche en el centro de la defensa amarilla cuando Emery los alinee juntos. Inteligentes tácticamente, con un excelente golpeo y desplazamiento de balón, dotados de una notable técnica y con un buen dominio del juego aéreo, a lo que ayuda su envergadura. Dos clones perfectos