Escribá anuncia cambios en el once. Más que obligado porque el calendario llega apretado. El encargado de confeccionar los horarios en Primera División no ha sido ni generoso ni detallista con el Villarreal. En apenas seis días tendrá que disputar tres partidos clave para su futuro europeo, para luego pasarse 10 días sin competición. Extraño pero real. La primera cita fue la del pasado sábado ante el Eibar, con un arbitraje especialmente parcial contra el Submarino que avivó con fuerza el debate del VAR (videoarbitraje). La derrota dejó muy apretada la lucha por la Europa League, con un nuevo rival en el conjunto eibarrés, y despidió virtualmente cualquier opción de pelear por la cuarta plaza Champions.

El Villarreal viajó ayer con 19 jugadores a Sevilla para enfrentarse esta noche (21.30 horas) al Betis. Todos los disponibles, a excepción de Bonera, el único que se cayó por decisión técnica, al margen de los lesionados Rukavina, Cheryshev y Asenjo. La defensa, demasiado endeble y titubeante ante el Eibar, será la línea con mas retoques del once, con la entrada segura de Mateo Musacchio y Víctor Ruiz y la probable de José Ángel en el lateral izquierdo.

NUEVA MEDULAR

En el centro del campo, la renovación llegará con la titularidad probable de Samu Castillejo, Jonathan dos Santos y la entrada de Rodri, uno de los hombres llamados a marcar una época de groguet. Nicola Sansone será fijo, con la duda de si la apuesta en ataque será por Adrián López o Roberto Soldado, aunque todo apunta a que el delantero valenciano pueda disfrutar de descanso de partida. En cualquier caso, y en condiciones normales, el Villarreal alineará un equipo titular de absoluta garantía en un partido en el que los amarillos empiezan a jugar con cierta presión porque otra derrota dilapidaría el colchón de ventaja que se había tejido y que nunca había apartado a los amarillos de la zona europea.

En el vestuario se ha hecho análisis de lo acontecido ante el Eibar. El Villarreal fue lastrado por la desastrosa actuación de Ocón Arráiz. Coincidencia absoluta porque los errores fueron demasiado evidentes. Pero objeto de reflexión interna también fue la descomposición como equipo que ya tuvo su antecedente contra el Real Madrid en el mismo Estadio de la Cerámica. Igual que la vulnerabilidad defensiva que mostró el Villarreal alimentada por la sensible ausencia de Víctor Ruiz, el auténtico jefe de la zaga. Un equipo con autocrítica siempre es más fuerte y por ello no hay que obviar lo que se hizo mal ante el Eibar, aunque los graves errores arbitrales condujeron y dirigieron al Submarino a la derrota.

Toca la cara rocosa, sólida y competitiva del Villarreal lejos de La Cerámica. A nueve jornadas del final de la Liga, y con una competencia tan dura, con la vista puesta también en la visita de un rival directo como es el Athletic, esta noche se jugará sintiendo la presión de que la Europa League está en juego. Y eso es mucho.