Las puertas de Europa se abrieron de par en par para el Villarreal en Riazor, donde los amarillos hurgaron en la herida del Deportivo (2-4) con una victoria que comenzó a fraguar en el primer minuto y que cerró en el primer tiempo con el 0-3, marcador que administró, con más sobresaltos de lo esperado, al regreso del vestuario. El Submarino saca su pasaporte continental por quinta temporada consecutiva, evitando el tortuoso e incierto camino de la séptima plaza: acabará sexto al menos, pero aún peleará, en la última jornada, por mantener la quinta plaza, arrebatada ayer al Betis (gracias al cara a cara particular), en lo que sería un notable colofón a una temporada que, por momentos, ha dado la sensación de ser una montaña rusa.

Con toda la plantilla disponible (a excepción del lesionado Bruno Soriano), Calleja ratificó a Jaume Costa en el lateral izquierdo (Rukavina no estuvo en el Camp Nou por sanción), en tanto que, de los cuatro mediapuntas, Cheryshev fue el damnificado para que regresara Raba al once, con Pablo Fornals, como el miércoles contra el Barcelona, partiendo desde la izquierda.

DEPRESIÓN LOCAL

En el cuadro gallego, con poco en juego, más allá del orgullo en una temporada en las antípodas de lo que esperaba el deportivismo, Seedorf salió con lo mejor que tenía, debido a las ausencias de Sidnei, Celso Borges, Eneko Bóveda, Carles Gil y Florin Andone.

Como preveía Calleja, los blanquiazules, liberados de exigencias clasificatorias, plantearon un partido sin ataduras, con ganas de, al menos, mitigar el desencanto de Riazor (con menos de media entrada, por cierto, con un amplio sector del público reclamando cabezas entre la directiva, aunque también en la plantilla) debido a un desplome del todo inesperado a Segunda A, justo en una temporada en la que, en palabras de su presidente, aspiraban a la décima posición.

No obstante, no hubo ni tiempo para que los planteamientos de unos y otros salieran a relucir en la soleada tarde coruñesa, porque a los 70 segundos, Castillejo quitó las telarañas de la escuadra de la portería defendida por Rubén, sin que los locales hubiesen tocado el esférico. El mejor de los inicios imaginados.

JUGADOR ‘ON FIRE’

El malagueño, en estado de gracia, asistió a Bacca, que en el cuarto minuto rondó el 0-2. El gol mañanero descorchó el encuentro, en el que Asenjo debió mostrar sus reflejos ante Borja Valle primero y luego con Lucas Pérez para que conservara su renta el Villarreal, que replicaba con hasta tres remates de Fornals abortados por el meta local. Los dos equipos se prodigaron en el remate, en un inicio agitado.

Con tal torrente de llegadas y ocasiones parecía difícil que la tarde se redujera al mañanero golazo de Samu Castillejo. Pablo Fornals no había aprovechado las suyas, pero sacó la escuadra y el compás para observar la incorporación, sin marcaje, de Trigueros, que disfrazándose de delantero centro para multiplicar la ventaja amarilla. En media hora, el Submarino disponía de una distancia de seguridad.

ACIERTO EN LAS ÁREAS

El claro marcador era fruto del desacierto de unos y el acierto de otros en las áreas enemigas, porque Borja Valle marró una ocasión semejante a la del 0-2… pero la echó fuera. Esta fallida opción apaciguó el caudal de oportunidades, por lo que el partido se encaminó, más sosegadamente, hacia el descanso. Pero el Villarreal aún no había dicho la última. Fornals (ojo: una docena de asistencias lleva ya en la presente temporada) escenificó el más difícil todavía con un excepcional pase a Castillejo, que solo tuvo que sortear a Rubén y marcar a puerta vacía. Del 0-3 al intermedio.

Como el Deportivo a peor no podía ir, tuvo un ataque de dignidad al regreso del vestuario, donde volvió a hacer trabajar, y de lo lindo, a Asenjo. Después de que Raba hiciera una filigrana a la que no le puso el lazo del gol, Bakkali probó de nuevo al palentino. De resultas del córner, Borja Valle (min. 57) acortó distancias. El 1-3 provocó un profundo cambio de decoración. Los herculinos fueron coleccionando ocasiones una tras otra, pero de nuevo su falta de puntería evitó que pusieran en peligro la victoria del Submarino, en el que Calleja, con Sansone y Cheryshev por Raba y Castillejo, trataba de mejorar. Sobre todo, para que los amarillos no defendieran tan cerca de su portero, avanzara la línea de presión y evitara que los locales llegasen con tanta nitidez y frecuencia a sus dominios.

Seedorf puso toda la carne en el asador con el debut del canterano Mujaid (18 años), a quien Riazor arropó con aplausos cada vez que tocaba el esférico.

DE LA TENSIÓN A LA CALMA

El chaparrón, como los que suelen caer en primavera por A Coruña, acabó por pasar. El Villarreal volvía a tomar contacto con la pelota y minimizó los sobresaltos que hubiesen puesto en peligro el necesario triunfo. Denis Cheryshev, incluso, tenía el 1-4 a su alcance. El 2-3 de Borja Valle (min. 87) puso algo de emoción en la recta final del choque, pero el ruso, en la última acción del partido, puso el 2-4 tras una asistencia de Carlos Bacca digna del crack que es.

El Villarreal estará de nuevo en Europa; la última jornada contra el Real Madrid resolverá si lo hace como quinto (puesto al que llega al desenlace del torneo) o sexto, pero ya no como séptimo, con la carga que conlleva: superar tres rondas y comenzar a competir ya a finales de julio.