No hace falta gritar mucho para que tu voz se oiga. Es el caso de Manu Trigueros, uno de los futbolistas con más personalidad del actual Villarreal. Y también con más talento. Como el equipo, comenzó con el pie cambiado la pasada temporada. Convaleciente de una intervención quirúrgica, intentó forzar y adelantar su recuperación porque su demarcación estaba roma de efectivos con la prolongada ausencia del capitán, Bruno Soriano, los problemas físicos de Javi Fuego o la inoportuna lesión de Santi Cáseres en el arranque de la Liga 2018/2019. Manu empezó a jugar competición oficial muy mermado de facultades y lejos de su nivel óptimo, tras no haber podido desarrollar una pretemporada normal, con las cargas de trabajo que se requieren para afrontar con garantías 10 meses en competiciones nacionales e internacionales. Fue un error que el propio jugador pagó muy caro, porque su rendimiento era muy bajo y el equipo no funcionaba. Lo sufrió en silencio, porque su estrella se difuminaba a la misma velocidad a la que bajaban las prestaciones de un Villarreal que coqueteaba con las plazas de descenso en la Liga.

Esta temporada todo ha cambiado en el Villarreal. Por fortuna, también para un Manu que ha empezado a tope y a un nivel altísimo, convirtiéndose en uno de los jugadores más destacados de la pretemporada grogueta hasta que una inoportuna microrrotura fibrilar motivó que tuviera que entrenar a parte del grupo, simplemente por precaución. «Ahora estoy un poco fastidiado, porque después de comenzar la pretemporada con muy buenas sensaciones, después de un año anterior en el que tuve muchos problemas, ha venido este problemilla; pero me encuentro muy bien», explica Trigueros.

El talaverano empieza de cero dispuesto a enterrar en el lado oculto de su cerebro el annus horribilis que tanto para él como para el club fue el pasado ejercicio: «El año pasado se cometieron errores, por las prisas, por la falta de gente que había en el centro del campo en mi posición... Todo se precipitó un poco y la dinámica del equipo no fue buena», admite el centrocampista, que expresa, en nombre de todo el vestuario del Submarino, la idea de devolver al equipo a su anterior estatus de pelear por las posiciones altas de la Liga española: «Todos queremos olvidar lo del año pasado, empezando por una pretemporada en la que se están logrando buenos resultados».

TOMA DE CONTACTO

Contra el West Bronwich Albion y el Levante, a mitad del pasado mes de julio, el Villarreal ya volvió a disfrutar de la visión y la manera de entender el fútbol de Manu Trigueros, pero una pequeña lesión le impidió jugar los dos amistosos que el equipo ha afrontado en el stage, que se completará el viernes con el enfrentamiento ante el Schalke 04: «Empecé con buenas sensaciones y sin dolor, luego llegó la microrrotura en el recto; aunque no me impide entrenar pero no puedo golpear con la izquierda, pero no es nada importante», tranquiliza el futbolista del Villarreal.

SU MEJOR VERSIÓN

Manu regresó de vacaciones muy motivado y con la intención de volver a ser el de siempre. «El primero que quiere ver al Trigueros de siempre soy yo mismo. Quiero ser feliz jugando y ganar muchos partidos y que el Villarreal esté otra vez en los puestos de arriba, como ha estado en los últimos años», asevera con firmeza. Por primer vez en el último lustro no se podrá disputar una competición europea y el reto que todo el grupo se ha marcado es clasificar al Submarino otra vez en los puestos nobles. «Estamos fichando buenos jugadores que, junto con los que ya teníamos, forman un buen grupo. No se nos ha olvidado jugar al fútbol. Lo que sucedió la temporada pasada ya está olvidado», explica el talaverano.

Y de lo mala también se aprende. Trigueros considera que el Villarreal ha salido fortalecido de lo que sucedió en la última Liga: «Tenemos la experiencia que algunos jugadores no habíamos vivido, como fue coquetear con los puestos de abajo, y esto nos va a ayudar a ganar partidos, sabiendo que no es nada fácil en Primera División. Ahora queremos volver a pelear por objetivos mayores», reitera el futbolista.

Si algo le sobra al Villarreal son jugadores de un gran nivel técnico. El repescado Moi Gómez, Cazorla, Morlanes y el propio Trigueros componen un elenco de jugadores exquisitos: «Hay mucho talento, calidad y muchos futbolistas con criterio, que se mueven muy bien en el campo y leen bien los espacios. Además nos entendemos y compenetramos bien», analiza un Trigueros convencido de que el Submarino amarillo ha mejorado en otras parcelas del juego, además de la sala de máquinas: «Si al talento le sumamos una buena defensa, manteniendo un buen bloque atrás como siempre en los últimos años, y añadimos los grandes delanteros que tenemos, todo ello redundará en victorias», reivindica con optimismo.

IMAGEN MÁS SÓLIDA

En lo que llevamos de pretemporada —cuatro partidos con otras tantas victorias para los de Javier Calleja— se ha visto que los partidos se cierran y no se dejan cabos sueltos cuando el rival está siendo superado, a diferencia de la temporada pasada. «Es muy positivo, porque el año pasado se nos escapaban muchos puntos en los partidos y eso ahora lo tenemos muy en cuenta para saber rematarlos y no llevarte sustos. Debemos madurar bien los partidos y en eso estamos», señala.

La competitividad también se ha estimulado en la plantilla. «Tenemos muy buenos jugadores y además todo el mundo corre y se sacrifica por el grupo. Así llegarán los éxitos», incide. Y termina con un mensaje claro y rotundo: «El Villarreal volverá a ser el de siempre y no sufrirá tanto como el año pasado». Amén. Palabra de Manu Trigueros.