Después de 17 temporadas en Primera División, la masa social del Villarreal se ha consolidado totalmente y ha ganado en fidelidad. Fernando Roig ha visto cumplido su mayor anhelo, que no era tanto en crecer en número de abonados sino conseguir que las gradas estuvieran llenas de su gente. Los números indican que el club se mantiene en cifras que superan la barrera de los 19.000 socios, pero el mejor indicador de crecimiento es que la asistencia a cada partido en el Estadio de la Cerámica supera la cuota del 85% del promedio del total de sus abonados. Síntomas de una mayor madurez y de la consolidación de una afición todavía joven en la élite.

Las comparaciones son odiosas, pero sirven para reforzar lo que es y lo que ha logrado crecer el Villarreal en respaldo social. El club cuenta con representación de abonados en la mayor parte de poblaciones de la provincia de Castellón, incluso en las distanciadas en más de 70 kilómetros de Vila-real como Morella, Vinaròs o Benicarló, por citar a algunas de las más representativas, como se puede observar en el cuadro que figura en esta información y que ha podido recoger Mediterráneo.

Las Palmas de Gran Canaria tiene una población que supera los 400.000 habitantes, aproximadamente la mitad de los más de 800.000 que viven en la isla. El club pío pío no alcanza los 19.000 abonados, a pesar de que existe en la capital grancanaria una ilusión desatada tras el regreso a Primera hace dos años. El Villarreal ha alcanzado este año los 19.072 abonados, una cifra que contrasta especialmente si se compara con el censo de Vila-real, que supera en poco los 52.000 habitantes, o si se extiende el detalle al ámbito de una provincia pequeña como Castellón, con poco más de 600.000 de población.

LAS CLAVES DE LA POLÍTICA DE SOCIOS

El Villarreal sería el líder destacado de una clasificación que estimase el porcentaje de número de abonados en relación a su hábitat poblacional. Muy buena parte de ese milagro que admiraba la pasada semana a Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, estriba en la política de precios de los abonos del Estadio de la Cerámica. Roig siempre ha mantenido una idea muy social en su campo, apostando por ofrecer los precios más baratos en las localidades más populares, gravando un poco más las tribunas y palcos. La protección a su aficionado se refuerza con el hecho de que no existen los días del club que conservan muchas entidades, ni tampoco obliga a pagar en competiciones europeas y Copa si el aficionado cumple con su asistencia.

Esa política de precios low cost ha mantenido un alto número de abonados y conseguir fieles no solo en Vila-real (10.515, el 55% del total), sino en el resto de la provincia. Castellón es el segundo punto en número de socios, seguida de Almassora, Burriana, Onda, La Vall, L'Alcora, Benicàssim, Nules y Betxí, que conforman el top 10.