Mucha gente a la que no le gusta el fútbol asegura que son 11 tíos en calzoncillos dándole patadas a un balón. Una opinión respetable como otra cualquiera, pero que desde luego no comparte Iker, un niño de siete años que, en palabras de su luchadora madre, Beatriz, “ha cambiado su actitud gracias a este deporte y al Villarreal”. La historia de este pequeño no menos luchador que su madre se remonta a su primer día de vida, pues nació con parálisis cerebral. “La enfermedad le afecta sobre todo a los músculos, a piernas y brazos. Intelectualmente está acorde con su edad, pero no puede andar”, lamenta Beatriz.

A Iker, oriundo de Villanueva de Bogas (Toledo), siempre le ha gustado el fútbol y cuando apenas contaba con cuatro años, viendo un partido del Villarreal descubrió que el Submarino le iba a acompañar siempre en su corazón. “El amarillo era su color favorito y viendo el partido le hablaron de Manu Trigueros. Empezó a ver vídeos suyos y desde entonces es su mayor fan”, relata la madre. El pequeño gran hombre saltó a la fama cuando en una entrevista televisiva le preguntaron cuál era su ídolo. “No dijo Messi o Cristiano, que era lo que esperaba todo el mundo, sino Manu Trigueros. Lo tenía claro”, añade Beatriz.

Fue entonces cuando la historia de Iker llegó a oídos del centrocampista del Villarreal, que lo ha ‘apadrinado’. “Estamos casi a diario en contacto con él. Es encantador y se preocupa mucho por Iker, le anima con vídeos y le hemos visto muchas veces. El año pasado como regalo de Reyes fuimos a animarle a Las Palmas, pero hemos estado muchas veces en Vila-real y este viernes iremos a Valladolid”, destaca Beatriz.

La relación entre el crack del Submarino y el niño ha permitido que Iker combata las terapias y el dolor con la ilusión que le hace calzarse unas botas de fútbol: “Se ha apuntado al equipo del pueblo y va con andador todos los días a entrenar, por mucho frío que haga, que en estas fechas lo hace”. El chaval debe seguir un tratamiento intensivo al margen de sus estudios, pero cuando llegan vacaciones lo tiene claro: “Pide ir a ver al Villarreal, aunque sea en los entrenamientos. Una vez allí, todos son muy cariñosos, desde los jugadores hasta el propio entrenador. De hecho se ha alegrado mucho de que vuelva Calleja porque un día le dijo que le iba a alinear”.

Como futbolero que es, Iker “tiene claro que el Villarreal se salvará”, y de hecho ha difundido un vídeo (se puede ver al final del artículo) con una plegaria con este objetivo, de seguir disfrutando un año más del equipo en Primera. Un deseo que a buen seguro comparte con muchos de los lectores de ‘Mediterráneo’. Por de pronto, un buen presagio: “Siempre que ha ido a ver al Villarreal ha empatado o ganado, así que en Valladolid espera volver a verle ganar”. Falta hace.