El Submarino está obligado a reconstruir su sala de máquinas, en una remodelación derivada de la situación contractual de sus futbolistas, a raíz de la destacada y sentida salida de dos de sus símbolos (Bruno Soriano y Santi Cazorla), así como la dificultad en seguir contando con André-Frank Zambo Anguissa.

El nuevo entrenador del Villarreal CF ya verbalizó, en su aterrizaje en el Estadio de la Cerámica plasmado en la rueda de presentación del lunes, la necesidad de encontrar un recambio para el asturiano. La ascendencia del Mago ha sido esta temporada, sobre todo en la etapa poscovid, incalculable, más allá de que Cazorla esté al frente de las principales estadísticas del equipo e, incluso, en un rango que solo las estrellas pueden alcanzar. Su marcha a Qatar deja un agujero emocional y futbolístico muy importante, de ahí la especial importancia en acertar en el jugador que tome su testigo (Ócar Rodríguez, por encima de las demás alternativas), más allá de que haya integrantes de este Submarino que puedan ocupar parte del espacio que deja el ovetense, caso de Moi Gómez, Manu Morlanes, Manu Trigueros...

Aunque en otra esfera, el Villarreal busca a un futbolista del perfil de Bruno, a quien ha echado de menos durante las tres temporadas inéditas del artanense.

A LA ESPERA

El Submarino, debido a la peculiar situación de su capitán, se lanzó, el pasado verano, a la búsqueda de un hombre de sus características, optando por una cesión, albergando aún esperanzas de una total y satisfactoria recuperación de Bruno. Anguissa no era un futbolista muy conocido, pero su rendimiento ha ido creciendo a lo largo de esta inusual temporada partida en dos.

No obstante, su bien ganada continuidad como groguet depende de que la entidad amarilla consiga rebajar ostensiblemente los 25 millones de euros para hacer efectiva la opción de compra con el Fulham.

El Villarreal está interesado en que el conjunto inglés continúe en la Championship, lo cual le otorgaría una situación ventajosa en las nuevas negociaciones por el internacional camerunés, aunque los londinenses están a 90 minutos de volver a la Premier, si el martes vencen al Brentford en la final que, como en estos casos, será en Wembley.

DECISIÓN DE EMERY

Sin duda, la medular capitalizará la mayoría de esos cinco o seis refuerzos a los que Emery se refirió el lunes. El guipuzcoano quiere futbolistas con talento y desequilibrantes, lo cual no es menos cierto que allá donde ha entrenado, siempre ha contado con un centrocampista eminentemente físico.

También entra en escena Francis Coquelin, quien sin tener un músculo especialmente poderoso, sí que ha demostrado ser uno de esos medios capaces de asumir el mando del centro del campo.

El francés, con contrato en vigor con el Valencia, es un hombre que encaja en el talante y la filosofía con la que el Villarreal acudirá este verano al mercado. En tiempos de incertidumbre, Coquelin tiene experiencia (29 años), currículo (ha ganado títulos), cualidades y conocimiento de LaLiga.