El cementerio paternero se ha convertido en un símbolo de la lucha por la memoria histórica. La dictadura franquista ejecutó a 2.238 personas en un muro junto al cementerio de Paterna (Valencia), el conocido como el paredón de España. Luego sus cuerpos fueron enterrados en más de 60 fosas comunes. La Guerra Civil ya había terminado, pero el régimen continuó fusilando a miles de represaliados hasta 1956. Desde 2017 el lugar es un ir y venir diario de arqueólogos que levantan carpas de trabajo, familiares de desaparecidos, periodistas y activistas de derechos humanos. La muestra reflexiona sobre el papel de las mujeres: las viudas, hijas nietas y biznietas de los fusilados.

EVA MAÑEZ. València, 1971

Fotoperiodista. Desde hace más de 20 años combina su labor profesional en medios de comunicación con proyectos personales y de activismo social. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, así como en varios libros. Ha trabajado en Palestina, Guinea, México, Turquía, Perú, Haití y Bosnia. Actualmente se encuentra inmersa en proyectos audiovisuales sobre la recuperación de la memoria de los barrios a través de fotografía y los álbumes familiares. De familia republicana y criada en Paterna, lleva documentando las exhumaciones de las fosas de Paterna desde 2017.