La presente exposición, además de ser una vuelta de tuerca del grabado matérico, también supone la vuelta al circuito artístico del arte castellonense de Ripollés. Habría que remontarse hasta la década de los 80 para recordar la última vez que el público de la provincia contempló en una sala de exposiciones las pinturas de este artista. Su última exposición de pintura fue en 1982, hace ya 39 años.

Casi 40 años después volvemos a ver pintura, además de grabado y escultura de varios materiales en la sala de exposiciones de Villa Elisa, en Benicàssim, una localidad donde por cierto nunca ha expuesto este creador.

El espectador podrá contemplar todo un recorrido por la obra gráfica de Ripollés desde los años 80 hasta sus piezas más recientes. Grabados de punta seca, grabados al humo con plancha de cobre sobre papel, aguafuertes, aguatinta, matérico y, su gran novedad, el grabado matérico con volumen. En el capítulo de la escultura piezas de fibra de vidrio, vidrio de murano y bronce forman un corpus de personajes que podremos ver tanto dentro como fuera de la sala. Colores y formas del universo de Ripollés en estado puro.