Tras una vida de triunfos que lo han llevado a convertirse en la soberana más temida y poderosa de la cristiandad, la reina Isabel I vive sus últimos días sin saber quién le sucederá en el trono y dará continuidad en su gran proyecto. Muchos de sus hijos han muerto y otros sufren el trato injurioso de sus maridos. Tan sólo queda una cabeza en la Tierra donde se pueda ceñir la corona de Castilla: la cabeza perturbada de la princesa Juana.