Tras la Primera Guerra Mundial, Julien Davenne vive dedicado al culto a los muertos. En primer lugar a su mujer, pero también a sus amigos. Trabaja en la sección necrológica de un periódico. Un día encuentra a una mujer que comparte con él este respeto por los muertos.

> Esta película pertenece al mismo grupo que Fahrenheit 451, El pequeño salvaje y Adèle H.: los muertos están ahí como los libros de Fahrenheit, los vivos se empeñan en revivir cosas sin vida, les insuflan su propio aliento, sus propias pasiones. Para mí es como una variación de una película romántica.