Muchas son las calidades de este yacimiento situado en las tierras montañosas del interior de Castelló, pero de todas ellas la primera que destaca es su imponente sistema defensivo compuesto de dos torres y tres lienzos de muralla que rodean completamente el poblado. Su construcción se inicia a principios del siglo VIII a.n.e y su apresurado abandono se produce

a principios del siglo VII a.n.e.

Algunos de esos artistas fueron los que a posteriori colaborarían en la Editorial Ruedo Ibérico de París en la cual Antonio participaría como persona de contacto porque sus ilustraciones ocuparon las portadas de los libros editados, siendo a su vez quién se ocupara de los cuadernos y el premio de poesía de la editorial.