En 1977 se lanzaron dos sondas espaciales para explorar los planetas más lejanos del sistema solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno junto con sus lunas. Estas naves espaciales supusieron un avance científico y tecnológico que ha enriquecido enormemente nuestro conocimiento de los mundos distantes. Se trata de los objetos de fabricación humana que más se han alejado de nuestro planeta. Ahora, después de más de cuatro décadas, exploran el espacio interestelar. Como dos botellas lanzadas en el océano cósmico, ambas sondas llevan un mensaje interestelar: el Disco de Oro, destinado a establecer comunicación con cualquier posible civilización inteligente extraterrestre.