Es comprensible que el espectro de la muerte planee en todo momento sobre ‘Leonora Addio’, presentada este martes a concurso en la Berlinale. En primer lugar, porque es la primera ficción que Paolo Taviani dirige en solitario tras la muerte de su hermano Vittorio, junto a quien firmó obras tan relevantes como ‘Allonsanfàn’ (1974) y ‘Good Morning Babilonia’ (1987); en segundo lugar, porque es poco probable que él mismo, con 90 años, tenga mucho más tiempo que dedicar al cine antes de decirnos adiós.

Y la condición elegíaca de la película hace que resulte especialmente lamentable su incapacidad para despertar el más mínimo interés tanto durante su primera mitad, que recrea el viaje que las cenizas de Luigi Pirandello experimentaron hasta ser depositadas en su Agrigento natal, como durante la segunda, que escenifica uno de los relatos escritos por el mítico dramaturgo italiano.

Dilema con Michael Koch

Por lo que respecta a ‘A piece of sky’, película suiza que también aspira al Oso de Oro, resulta absorbente mientras se centra en su línea argumental central: tras casarse, una joven que habita una localidad alpina descubre a su marido masturbándose frente a su hija, y se siente dividida entre la protección que le debe a la niña y el amor que le sigue profesando a ese hombre, sin duda víctima de una enfermedad mental. Es una pena que el director Michael Koch se empeñe en adornar esa premisa con caprichosos efectismos estéticos y pretenciosas referencias religiosas.