'A todo tren. Destino Asturias' se estrenó en el periodo estival del año pasado y recaudó más de ocho millones de euros, convirtiéndose en la película más taquillera del año, así que era lógico que instaurara una saga (o al menos tuviera una secuela) siguiendo los pasos de 'Padre no hay más que uno' y sus dos continuaciones. Santiago Segura lleva liderando el box office desde 2019 con su ‘película del verano’. “Hay quien dice que soy el Georgie Dann del cine”, bromea, pero en esta ocasión, ese lugar lo ocupó 'Padre no hay más que uno 3' (que ha superado los 14 millones de euros), así que será la primera vez que se enfrente a la cartelera navideña y, muy posiblemente, consigo mismo a la hora de revalidar su título como rey indiscutible de la taquilla de 2022. 

Como novedad, en esta ocasión escribe el guion (junto a su colaboradora habitual, Marta González de la Vega), pero no dirige la película, que ha dejado en manos de Inés de León. “Teníamos claro que habría una continuación, porque si el público reacciona, nosotros reaccionamos, somos gente a la que nos gusta agradar. Pero yo tenía que hacer 'Padre no hay más que uno 3', así que pensé que la podría dirigir otra persona. ¿Pero quién? Tenía que admirarla lo suficiente y que tuviera una visión a la hora de hacer comedia. Y caí: Inés de León. Como además la iba a protagonizar Paz Padilla y Paz Vega, pensé que podría sumar otro talento de mujer”. 

Santiago Segura con Paz Padilla, Inés de León y Paz Vega.

'A todo tren 2: Ahora son ellas' parte de la misma premisa que 'A todo tren. Destino Asturias' pero, en esta ocasión, son las dos actrices mencionadas las que deben hacerse cargo de los niños en el viaje que los llevará al campamento veraniego. “Pensamos que podríamos hacer lo mismo, pero radicalmente diferente. Que ahora fueran ellas las que se metieran en problemas porque reivindicamos un poquito el derecho de todo el mundo a cagarla”.

Así que, por una parte, tendremos la parte de los niños en el tren solos, que se enfrentarán a una intriguilla de polis y cacos, de nuevo junto a Florentino Fernández y en esta ocasión acompañados de otros adultos como Ramón Langa, Chani Martín o Carlos Iglesias. Por otra, Paz Padilla y Paz Vega se embarcarán (junto a uno de los traviesos niños) en una fuga sin freno por el territorio español, de Madrid a Barcelona hasta llegar a Francia. “Esto es como los detergentes: nueva fórmula mejorada. En la première me dijeron que era mejor que la primera y, aunque me podría dar rabia porque no la he dirigido yo, estoy de lo más feliz y contento”.

Santiago Segura dice que le da al público lo que necesita. ¿Pero cómo sabe lo que necesita el público? Un misterio, sobre todo si tenemos en cuenta que consiguió convertir a Torrente en un fenómeno casi social utilizando la comedia gamberra e iconoclasta y ahora ha conseguido lo mismo en un registro radicalmente opuesto como es la comedia familiar más blanca e inofensiva. “Te garantizo que nada de esto ha correspondido a una estrategia. Realmente hago las películas que a mí me apetece ver, e iba con mis hijas al cine y nos aburríamos mucho, así que intenté hacer algo que pudiéramos disfrutar todos juntos. Efectivamente, parece que sí había una carencia, pero no ha sido por mi parte nada premeditado”.

Santiago Segura.

Inés de León compara esta necesidad del público de ver cine familiar al que se tenía en los ochenta o los noventa con películas como 'Los Goonies' o 'Solo en casa'. “El cine familiar es una cosa muy respetable y difícil de hacer, no es ninguna tontería”, añade Segura. Por supuesto, en esta ocasión (como en las anteriores) no hay lugar para chistes políticamente incorrectos. “Yo siempre digo que los límites del humor están en todo lo que haga reír. Si hace gracia, ahí está el límite, si no, se acabó el límite. Si te incomoda o te desagrada, no tiene gracia”. Pero… ¿Torrente no generaba precisamente eso? “Para los espectadores de Torrente no. Pero incluso en estas películas familiares, puede haber cosas que ofendan a la gente, eso no lo puedes remediar, aunque no sea nunca tu intención. Si sobrepaso los límites del humor, es sin querer”.