'The Beta Test': una cita a ciegas

Jim Cummings, director y protagonista de ‘Thunder road’, el retrato tragicómico sobre un policía, repite los dos mismos cometidos en ‘The Beta Test’. Tiene mérito porque el andamiaje del filme se sostiene sobre el personaje antipático, histriónico y ridículo que interpreta, un agente de Hollywood pagado de sí mismo pese a que no tiene un verdadero triunfo del que hacer gala. Un día recibe una tarjeta invitándole a un encuentro sexual anónimo en una habitación de hotel. Es una cita a ciegas en el sentido más literal: tanto él como la mujer llevan antifaces y nunca llegan a verse ni las caras ni los cuerpos, lo que hace más interesante la breve relación. Pero el hombre se obsesiona con ese encuentro y entonces la película entra en una espiral igual de obsesiva en la que se mezclan elementos de tecno-thriller, drama y comedia, con reflexiones a veces surrealistas sobre poder, sexo y datos digitales.

PJ McCabe codirige e interpreta al mejor amigo y socio del protagonista y ambos forman una pareja que funciona igual de bien en el gag oscuro como en el drama acerado. Cummings recuerda a veces al Jim Carrey más comedido frente a la cámara y, detrás de ella, crea un universo visual reconocible a la vez que misterioso. El filme tiene esa extraña capacidad para deslizarse por la comedia sin perder de vista el retrato panorámico de un mundo de relaciones frías, corporativismo banal y estrellato pueril.