El paelló rectangular ha sido una de los grandes temas de debate en la Comunitat Valenciana, y en toda España, en torno a la paella, nuestro plato tradicional defendido con uñas y dientes por los puristas, tanto en lo que respecta a los ingredientes como al formato. Dos emprendedores valencianos, Lamberto Viadel y José Miguel Marín, se autodenominaron creadores de este nuevo formato de paellón, como propietarios de elpaello.com, una web en la que se vende el producto por 290 euros. Ellos definían su invento como "una modificación de la paella que consigue situar a una docena de comensales de un modo igualitario y equivalente, para comer y compartir".
Sin embargo, la notoriedad alcanzada por este nuevo formato de recipiente para cocinar la paella ha desatado una guerra entre estos dos empresarios y un tercero que aporta pruebas de que él es el verdadero inventor del paellón rectangular. Carlos Navarro, también valenciano, dice que se quedó estupefacto cuando vio en varios medios de comunicación, entre ellos Mediterráneo, el intento de usurparle la autoría. "El único creador y diseñador de las patentes de paellas personalizadas soy yo", apunta Navarro, que no duda en aportar la marca registrada Paello y el diseño industrial D052580110 como pruebas irrefutables de que la verdadera paternidad del paellón rectangular es suya.
La denominación de los dos portales que se dedican a comercializar este tipo de paellón, ideal para disfrutar la paella a la manera tradicional, del mismo recipiente en el que se ha cocinado y, a poder ser, con cucharón de madera, no ayuda demasiado. La firma de Carlos Navarro, el dueño de la patente, se encuentra en paello.es y paellovalenciano.com, mientras que la competencia se publicita en la web elpaello.com. Las similitudes entre las denominaciones hacen que fácilmente el consumidor pueda confundirse.
Fuera de esta disputa comercial se sitúa el vila-realense Roberto Bort, que bajo su denominación artística Arte Facte hace ya unos cinco años que fabricó un paellón alargado que ha utilizado en diversas ocasiones, tanto en las fiestas de Vila-real como en reuniones privadas con familiares y amigos. Sin embargo, Bort siempre ha rechazado la idea de comercializar su creación. La guerra del paellón rectangular, por tanto, pasa de largo de la provincia de Castellón.
