La prestigiosa publicación The Times lo bautizó en su momento como el aceite más caro del mundo y uno de los mejores 100 productos que cualquier persona puede tener. “El aceite bonito y misterioso”. Así definía el periódico inglés un producto que nace de los olivos milenarios de Castellón y que está presente en las mesas y restaurantes más exclusivos, como por ejemplo en el triestrellado Quique Dacosta de Denia. Una rigurosa labor de selección de los mejores árboles y un diseño elegante e innovador están detrás de una historia de éxito que comenzó en el 2007.

"Ahora hay aceite al que ponen oro y otras cosas para encarecerlo, por lo que quizás el nuestro no sea ya el más caro", asegura el benicarlando Joaquim Solano, uno de los dos responsables de El Poaig. El otro es Manuel Arnau, también de Benicarló, que trabaja en el sector desde hace más de 25 años. Eso no significa ni mucho menos que no siga siendo un artículo de lujo: el medio litro cuesta 130 euros.

A la izquierda, Joaquim Solano; a la derecha, Manuel Arnau. Mediterráneo

Quizás por ello el 95% de sus ventas son exportaciones, muchas de ellas para China o Japón. También se puede encontrar en el mítico centro comercial Harrods de Londres. Hay otro motivo que hace que fijaran su vista más allá de las fronteras españolas. "Aquí todos tenemos el típico primo de Jaén que nos pasa garrafas", comenta con humor.

Maltrato al olivo

El proyecto nace de la percepción que tenían ambos de que se estaba despreciando un patrimonio muy valioso, la farga milenaria. "En 2008 se estaban talando olivos para decorar rotondas y para venderlos a los châteaux de Burdeos. Precisamente mi abuela había malvendido algunos que teníamos entre Benicarló y Peñíscola, en una finca que se llama el Poaig", relata.

El primer paso fue hacer un análisis de los olivos de los que mejor calidad se podría obtener. La conclusión fue que estaban en un área de unos 40 kilómetros que abarca pueblos como Sant Mateu, la Jana, Peñíscola o Canet, situados entre el nivel del mar y los 500 metros de altitud. "Están muy distribuidos. En una finca trabajamos en un árbol y en otra en 35", señala.

Uno de los olivos de los que se obtiene el aceite más caro del mundo. Mediterráneo

Antes tuvieron que convencer a los propietarios de que no tenían que venderlos como simple madera, como se venía haciendo, por lo que les propusieron pagarles "más que nadie" por el kilo de aceitunas obtenido.

Producción limitada

La producción es limitada, entre 5.000 y 8.000 botellas al año entre las dos variedades, El Mil del Poaig y el Verd del Poaig; y desde la cosecha 2019/2020 hay una pequeña producción de 300 botellas que se envasan según criterios ecológicos, lo que le convierte en el primer aceite de olivos milenarios ecológico del mundo.

Al margen de pocos "pero muy buenos" distribuidores que tienen, la venta es directa a través de la web. "Tenemos clientes en Macao o en Moscú, por ejemplo, que siempre nos hacen pedidos para una fecha determinada del año".

Diseño

Otro asunto al que dieron mucha importancia fue el diseño, porque como afirman en la web de El Poaig, "el aceite más caro del mundo debe ir envasado en una botella a la altura". Tras investigar mucho, se pusieron en contacto con CuldeSac, estudio de diseño radicado en València que diseñó un exclusivo envase de porcelana blanca hecho a mano, y que conserva perfectamente las propiedades organolépticas del aceite a temperatura constante.

La botella de porcelana blanca, hecha a mano. Mediterráneo

Es, en definitiva, el "secreto mejor guardado del Maestrat"; el mejor representante cara al exterior de una provincia en el que, paradójicamente, es muy poco conocido.