La Tasca Juan de los Palotes, situada en pleno centro de Castelló, fue seleccionada por cientos de lectores de Mediterráneo como una de las mejores para comer patatas bravas en toda la provincia. Picados por la curiosidad nos acercamos a este bar de la Calle Campoamor para intentar responder dos cuestiones: La primera, el porqué de su nombre, la segunda, por qué gusta tanto su forma de cocinar esta tapa. Kiko, cocinero y propietario del restaurante, será la persona encargada de saciar la curiosidad al respecto. 

“Abrimos la tasca en el año 2009. Éramos tres socios, Cástor, Sebas y yo. Sebas era argentino y nos hizo gracia de que en su país la frase española ‘Perico de los Palotes’ allí se dijera ‘Juan de los Palotes’. De hecho hay una discoteca muy famosa en Buenos Aires que lleva ese nombre y por eso bautizamos así al negocio”, admite el castellonense Kiko Cortés, que con el tiempo se quedó solo al frente del bar.

La ensaladilla y los montaditos, dos de los platos que más salen de la cocina de Kiko, cocinero y propietario del céntrico bar.

Respondida por tanto la primera pregunta, vamos con la segunda: Las patatas bravas. Asegura Kiko que una de las claves está en la salsa brava de la tapa, que explicará a continuación. Lo cierto es que al margen de la segunda posición en la reciente encuesta publicada en este periódico cada fin de semana sirve unos 60 kilos de patatas, siendo este el mejor aval de su receta. “Las patatas las compramos en la frutería tradicional de barrio, que a su vez las trae del Mercado de Abastos de Castelló. Son de buena calidad, pero tampoco son especiales. Las cocemos al vapor en el horno para que queden más jugosas porque así ganan algo del agua evaporada. Al hacerlo en el horno la patata no se deshace como en la olla. Ponemos una bandejita con agua en el horno y esa es su primera cocción”, descubre el ‘chef’, que explica todo el proceso en el vídeo que acompaña este artículo.

Kiko prosigue con la preparación de uno de sus platos de mayor éxito de la siguiente manera: “Una vez la patata está tierna, la dejamos enfriar y la cortamos con la piel con la forma de la patata brava y la freímos para que quede crujiente por fuera y un poco dorada”. Culminado de esta forma el proceso de elaboración de la patata, vamos con la salsa: “En primer lugar hacemos el alioli casero, al que ponemos mucho ajo, pero el secreto está en la salsa brava, que elaboramos con tomate de rama o pera, ajo, laurel, vino blanco, varias especias, sobre todo cayena y pimentón picante, y lo cocinamos en el horno un buen rato para que todos los ingredientes suelten su sabor. Después lo trituramos bien y ya estaría”. La tapa tiene un coste de 6,50 euros. 

Los productos frescos de temporada llegan a los fogones de Kiko, que apuesta por platos tradicionales y otros que combinan la cocina asiática con la mediterránea.

Dos cocinas en una

Pero en la Tasca Juan de los Palotes podemos encontrar mucho más que unas patatas bravas. Sus clientes pueden degustar tapas tradicionales como la ensaladilla o los boquerones fritos, así como otros platos más elaborados que combinan la cocina asiática con la mediterránea. Hablamos del taco de atún con aceite de cítricos, secreto de cerdo con salsa de miel y mostaza o brochetas de pollo estilo thai.

También destacan en este bar los huevos rotos, conviviendo en su carta cuatro tipos distintos: Los tienen con un variado de setas; con morcilla de burgos y foie; con jamón; así como con gulas al ajillo. “Muchos clientes que vienen a cenar piden unas bravas, unos huevos rotos o unos huevos con bacon y roquefort que también salen mucho, después uno o dos montaditos por cabeza, según el hambre que tengan porque son bastante grandes, y con eso ya han cenado”, descubre Kiko, que añade que “el precio medio de una cena aquí rondará los 12 ó 15 euros por persona, dependiendo también de la cantidad de bebida que pidan o si cierran con un carajillo, que también nos lo piden mucho. De hecho algunos clientes vienen solo a tomarse el cremaet”.

Así es la fachada del bar ubicado en la Calle Campoamor de la capital de la Plana.

Pide más terraza

En cuanto a los horarios, Juan de los Palotes abre de miércoles a sábado. De 13.00 a 16.00 sirven el tradicional menú del día: “Cuesta 10,90 euros e incluye un primero, un segundo y postre o café. Son todo platos comprados y cocinados en el día”. Para el servicio de cenas abren de nuevo a las 20.00 horas, siendo el horario del sábado ininterrumpido: “Antes abríamos también los martes, pero con la pandemia estuvimos más en casa vimos que estar un día más con la familia no tenía precio, así que preferimos ganar un poco más de calidad de vida”. 

Una de las reivindicaciones de Kiko para el local es ganar espacio en la terraza. Con un aforo para 52 comensales en el interior del bar, cuenta con cuatro mesitas fuera que gustaría que fueran más “porque los hábitos de consumo en muchos clientes han cambiado”, por lo que pide al Ayuntamiento “más apoyo para el sector hostelero. Hace años aquí en la Calle Campoamor, con los cines, o en las mismas tascas había el doble de movimiento, ahora para dar más vida al centro habría que apoyar más a los que quedamos".

La originalidad de los platos de la Tasca Juan de los Palotes no está reñida con el sabor y la calidad.

Con dos personas en cocina y tres o cuatro camareros, el castellonense Kiko Cortés, de 46 años, asegura que la encuesta publicada en su día por Mediterráneo “ayudó mucho a que vinieran nuevos clientes. Se agradecen iniciativas como esta”. Desde aquí solo podemos devolverle el agradecimiento por su atención y trabajo al tiempo que recomendamos hacerle una visita para degustar, entre otros platos, unas buenas patatas bravas.

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