Los bares y restaurantes son mucho más que una simple empresas. Si sus mesas hablaran podrían contar historias de amor y de desamor; entre sus paredes se acuerda y rechazan negocios, es un punto de encuentro para familias y grupos de amigos, y un espacio en el que disfrutar de la buena gastronomía. Este es el caso de uno de los establecimientos con más historia de Castellón y de Castelló, el Cremor, que fue abierto por los padres de Sali Gonell en 1979 y hasta la actualidad ha sido gestionado por la propia Sali como jefa de sala y su marido Vicente Edo como cocinero.

Sali pertenece a la tercera generación de hosteleros. Fueron sus abuelos quienes llevaron el Bar Penyagolosa en Vistabella. Sus padres ‘bajaron’ a Castelló en los 70 y fue en 1979 cuando asumieron el traspaso del Cremor, convirtiéndolo en todo un referente de las buenas mesas de la capital de la Plana. Ahora Sali, de 65 años, y Vicente Edo, de 64, han puesto en venta el restaurante, que seguirá abierto con normalidad hasta que Vicente llegue a la edad de jubilación en 2024 si no encuentran antes comprador: “Si pudiéramos lo venderíamos mañana a pesar de que el restaurante funciona de maravilla, pero son muchos años ya, y nos merecemos descansar”. Y es que Sali lleva 43 años en el restaurante, mientras que Vicente, su marido desde 1994, entró en la cocina del Cremor en 1993.

Sali Gonell incide en que su restaurante basado en la cocina creativa elaborada con producto de proximidad, que cuenta con una inestimable bodega de vinos, sigue abierto pese a que en redes se ha podido especular con su cierre. “Se han adelantado un poco. Queremos jubilarnos y nuestra idea es la de vender, aunque también estaríamos abiertos a un traspaso”, admite.

Vicente Edo ha dado a comer a buena parte de la sociedad castellonense desde que entró como cocinero en el restaurante en 1993. MANOLO NEBOT

Producto de proximidad

Los interesados en disfrutar en el Carrer del Pintor Oliet de la buena mano en la cocina de Vicente Edo en la cocina y del saber estar de Sali en la sala podrán seguir haciéndolo por tanto durante todo este 2023 o hasta que encuentren comprador. Con aforo para 42 comensales, el restaurante “funciona a pleno rendimiento. Somos seis empleados y abrimos de lunes a viernes para comidas y cenas y los sábados solo para comidas”.

La encargada de la sala del Cremor destaca “el ambiente familiar” que ha conseguido durante más de cuatro décadas al frente del popular restaurante ubicado frente a la actual estación de tren de Castelló: “Nos distinguimos por cómo trabajamos el producto y por la bodega de vinos. Tenemos menú de lunes a viernes para comer y aunque tenemos bastante rotación lo que más sale como entrante son las cocochas al pil pil, tallarines de sepia con alcachofa gratinados con muselina de ajos y una pasta negra que hacemos con salteado de setas, vieiras laminadas y crema de parmesano y trufa; de principales diría el bacalao gratinado con alioli, la paletilla de cabritillo al romero, el solomillo al foie y el venado con salsa de mostaza y salteado de manzana, foie y membrillo”.

Algunos de los platos que podemos encontrar en el Cremor, uno de los restaurantes más populares de la ciudad de Castelló y la provincia de Castellón. MEDITERRÁNEO

Para los más golosos, si aún tiene hambre tras estas viandas, “los postres son todos caseros y destaca el milhojas de almendra con chocolate y crema de azafrán y reducción de naranja, y la torrija con helado artesanal de turrón de Atzeneta”. Para chuparse los dedos… mientras se pueda.

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