Es el responsable de los destinos de la plaza de toros de Castellón desde 2014. Empresario consagrado, de casta le viene, su cabeza privilegiada ha ideado la mejor doble feria de la historia. Poco amigo de los focos y las entrevistas, su trabajo es en silencio e incansable. Parece estar entre bambalinas y, sin embargo, siempre está al frente de todo. Es Toño Matilla, el hombre que ha sabido durante estos ocho años recuperar la categoría de Castellón con una feria, la que comienza en unas semanas, que él mismo analiza como «la mejor pensada, trabajada y, por supuesto, muy mejorable. Es un punto de inflexión en la plaza de toros de Castellón».

Apuesta decidida

Son las palabras, cotizadas, de Antonio García Jiménez. Desvela su lucha por esta plaza. Ahí están los hechos. Cuando todas las ferias recortan su programación, en la Plana ha apostado fuerte en calidad y cantidad. «Nunca regateamos esfuerzos en Castellón. Siempre se arriesgó, se apostó, se creyó y se tiene ilusión en ella. Jamás quisimos estar a la expectativa de la competencia, hemos creído en nosotros mismos, en nuestra plaza y su afición, que es de categoría y, como tal, merece todo esto y más. Intentaré seguir mejorando año tras año», dice. 

En sus declaraciones hay un trasfondo que supera cualquier ambición empresarial: «Mi mayor satisfacción es intentar devolver la ilusión, la normalidad de poder juntarse entre amigos, con esas comidas y cenas antes y después de los toros, esos coloquios…». Y para ello ha contado con el beneplácito de los protagonistas, a quienes lanza un mensaje: «Pido a toreros y también a los ganaderos que me obliguen a mí mismo, como persona y profesional, a que esté a la misma altura que todos ellos». 

Plaza de temporada

La mini feria de junio es otra apuesta, con dos carteles fuertes. Según el salmantino, el abonado está respondiendo «increíblemente bien. Va a ser un fin de semana soñado». «Es el inicio de una nueva etapa, que agradecerá toda la ciudad y provincia. Nos emociona saber que le irá bien a todos, pues la Tauromaquia aporta ingresos a otros sectores y eso me gratifica mucho».  

La presentación del toro siempre es una preocupación en esta plaza. También para el empresario. «En lo que esté en mi mano, no voy a permitir que no se respete al toro de Castellón, para eso tenemos una autoridad envidiable, un equipo veterinario y gubernativo que ya quisieran muchas plazas tenerlo. No entra en mis pensamientos fallar en eso. Entre todos lograremos mantener la dignidad en el ruedo. Seguro», dice. 

Planes de futuro

La empresa ha renovado el contrato hasta 2026. Matilla no piensa en un futuro lejano sino más bien «a corto plazo», y añade: «El listón, cada temporada, es más difícil. Son millones de segundos pensando en qué tipo de feria vas a hacer. Si apuestas, si eres más conservador… pero jamás quiero estar de paso. Quedan años para seguir creciendo todos juntos. Me refiero a dar espectáculos de festejos mayores de categoría, así como los populares junto a Toropasión, los mejores que he visto en lo suyo. No me dedico a la suelta de capeas ni a echar hormigón por las calles».

Admite que para que sea una feria perfecta falta una novillada picada. «Es mi gran fallo, entiendo que de los errores se aprende. He de pedir disculpas. Todo es mejorable y tomo nota», expone con sinceridad. Rectificar es de sabios, dicen. Todo con un objetivo: mejorar. Y es que Castellón le tira «mucho» y le ha «cogido un cariño enorme a esta tierra», se sincera. «Me han demostrado que coincidimos en la misma forma de ser. Me siento muy a gusto, creo en esta plaza, quizá más de lo que ella cree en mí, y estoy seguro de que será una ciudad referente en la Tauromaquia. En Castellón hay categoría y afición para regalar al resto», concluye Toño Matilla. Palabras a corazón abierto.

«DEBE SER LA GRAN FERIA DE PRINCIPIO DE TEMPORADA»

El año pasado se hizo un trabajo considerable para que Castellón no se quedara sin toros. La casa Matilla fue una de las empresas que tiró del carro en plena pandemia, la que más. «No hubo un interés económico», afirma con rotundidad Toño. «Quien lo piense se equivoca. No queríamos dejar una plaza sin toros durante dos años. La afición estaba deseosa y la empresa también. Fue una feria deficitaria y quiero agradecer a la propiedad de la plaza su implicación así como a la Administración. Jamás llegué a pensar que había tanta gente que amaba la Tauromaquia en esta provincia como yo mismo lo pude sentir», señala. 

Ese trabajo para revitalizar la plaza ha dado sus frutos. A la vista está cómo cogió Castellón en 2014 y la atracción que ha despertado el abono actual. «Pasó por un ciclo difícil en momentos duros para todos, quizá se desilusionó en ese periodo, pero la afición es demasiado agradecida y se volvió a ilusionar. Las figuras nunca se negaron a venir en Castellón, al revés, siempre fueron generosas a torear por y para Castellón. Esta debe ser la gran feria de principio de temporada en España. Creo que es de justicia».